A 9 años de la sanción de la Ley de Identidad de Género

Se trata de una Ley pionera en Latinoamérica y el mundo, en donde las personas podían por fin, ser inscriptas en su DNI según su identidad de género.

El 9 de mayo del 2012, el Senado de la Nación aprobaba la Ley 26.743 de Identidad de Género, tras una larga vigilia en las afueras del Congreso y resistencias de algunos sectores conservadores. La Ley de Identidad de Género tuvo 55 votos afirmativos, 0 negativos y 1 abstención.

Así, Argentina hacía historia en el mundo en materia de derechos otorgados a la población trans, tan relegada y desprestigiada (aún actualmente). A partir de la sanción de esta Ley, las personas podían registrarse en el DNI con su nombre, foto e identidad de género autopercibido.

El escrito, define a la identidad de género como “la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo. Esto puede involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal a través de medios farmacológicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que ello sea libremente escogido. También incluye otras expresiones de género, como la vestimenta, el modo de hablar y los modales”.

Además, se trata de la primer Ley de Género en el mundo que no solicita diagnósticos médicos o psiquiátricos, ni operaciones de cambio de sexo para poder acreditar la identidad. Tampoco requiere de trámites judiciales o administrativos. Únicamente hay que presentarse ante una oficina del Registro Nacional de las Personas (Renaper).

La Ley también regula el acceso a la atención sanitaria integral, indicando que todas las personas pueden acceder a intervenciones quirúrgicas o parciales y a tratamientos hormonales sin necesidad de una autorización judicial o administrativa. Señala además que estos tratamientos deben estar incluídos en el Plan Médico Obligatorio, garantizando la cobertura de estas prácticas tanto en el sistema público como privado.

Pese a que la sanción de esta Ley supo ser pionera en el mundo y signifcó un gran avance en materia de derechos conquistados para la población trans, aún falta luchar por la inclusión laboral de este colectivo, ya que el acceso a un trabajo digno continúa siendo un diferenciador clave respecto a la población no trans. Además, la persecución policial, y la discriminación y violencia a la que las personas trans son sometidas, llevando a muchxs de ellxs a la muerte, también continúa siendo una problemática a la que hay que prestar atención.

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