Con el comienzo de este mes, también comienzan las campañas de prevención y la lucha contra el cáncer de mama. Es por esto que octubre se lo conoce como “el mes rosa”, que es el color que se asocia a la campaña de prevención de esta enfermedad por la cual 6.000 mujeres mueren al año en el país.
Corría el año 1983, y en Texas, Estados Unidos se realizaba la primer Carrera para la Cura, evento que luego se extendió a todo el mundo durante el mes de octubre para invitar a generar conciencia sobre el cáncer de mama. Actualmente, el mes rosa sirve para concientizar y sensibilizar a la población acerca de esta enfermedad, que reconozcan como detectarlo y a qué tratamientos se puede acceder. Instituciones, empresas y organizaciones de todo el país realizan eventos varios en los que se charla acerca de la prevención, se rompen tabúes y mitos e incluso, se ofrecen pruebas de detección gratuitas.
El cáncer de mama es una de las principales causas de muerte en las mujeres. En el 2014, la OMS reportó que anualmente se detectan 1.38 millones de casos en todo el mundo, con un 30% de personas que pierden la vida a raíz de esta enfermedad. En Argentina, se calcula que 6.000 mujeres mueren al año a causa de esto.
Es por esto que este año, la propuesta virtual en las redes sociales viene acompañado del hashtag #OctubreRosa y el lema es “Prevenir es curar”. Frase utilizada hasta el hartazgo pero esencial, considerando que una detección temprana puede reducir drásticamente las chances de muerte o mejor aún, prevenir que la enfermedad se desarrolle.
La autoexploración es clave:
El mes de octubre es una buena oportunidad para generar conciencia en la autoexploración, ya que el 90% de los casos son detectados inicialmente a través de este método. Conociendo nuestro propio cuerpo y los cambios que se generan en él pueden ser claves para reconocer cualquier tipo de bulto extraño o algún detalle peculiar que podría indicarnos que tenemos cáncer de mama. Si esto ocurre, se debe acudir al médico de inmediato para que nos pueda informar mejor acerca de si es o no un síntoma compatible.
Sin embargo, también es importante aclarar que, aunque la autoexploración nos ayude a reconocer nuestro cuerpo y sus señales de manera más profunda, no es suficiente para determinar si tenemos cáncer de mama o para prevenirlo y no reemplaza la visita a nuestro doctor. En todo caso, es una técnica importante de realizar que debe ser complementaria a un examen mamario realizado por un médico.
A continuación, compartimos una serie de mitos y verdades sobre el cáncer de mama según el laboratorio “Roche”, para estar atentos acerca de algunas creencias comunes de esta enfermedad:
“La cirugía o la punción pueden provocar que el cáncer se extienda a otras partes del cuerpo”
Mito: La diseminación del cáncer, llamada metástasis, no ocurre como consecuencia de una cirugía o una punción. La presencia de ésta se produce en forma independiente de dichos procedimientos: la metástasis se genera a partir de células malignas que se desprenden del tumor y alcanzan otros tejidos en los que forman nuevos tumores. Esta diseminación puede haberse producido con anterioridad a los procedimientos quirúrgicos o a partir de células cancerígenas residuales. La cirugía y la punción son métodos seguros que forman parte del diagnóstico y/o el tratamiento de la enfermedad y no contribuyen a la propagación del cáncer.
“Es posible continuar con una vida normal, trabajando y practicando actividades mientras se realiza el tratamiento.”
Verdad: El tratamiento contra el cáncer afecta a las personas de diferentes maneras. Las actividades cotidianas que podrás realizar dependerán del tipo de tratamiento que realices (quimioterapia, radioterapia u otros) y de cómo afecte tu ánimo y tu salud, tu estado general, el tipo de cáncer que tengas y la etapa en la que te encuentres.
“Sentir dolor con el cáncer es inevitable”
Mito: Los conocimientos médicos actuales y los tratamientos farmacológicos disponibles permiten controlar el dolor con éxito en la mayoría de los pacientes con cáncer. El dolor dependerá de varios factores: el tipo de cáncer, cuán avanzada se encuentre la enfermedad, el tratamiento y el estado general de salud.
“Si siento dolor, significa que estoy empeorando”
Mito: No necesariamente. El dolor puede surgir como consecuencia de los tratamientos que se están aplicando o a causas relacionadas al cáncer.
“Los tratamientos naturales y las terapias alternativas pueden ayudar a curar el cáncer de mama”
Mito: Ante el diagnóstico de esta enfermedad, existe el deseo de hacer todo lo posible para combatirla. Los tratamientos naturales y las terapias alternativas pueden aparecer como opciones que prometen soluciones sin mayores efectos adversos. Pero lo cierto es que no existe ningún estudio científico que demuestre que los remedios de hierbas, suplementos nutricionales, dietas especiales, tratamientos naturales o terapias alternativas ayuden a curar el cáncer de mama. Este tipo de terapias podrían colaborar con el alivio de síntomas emocionales, físicos o el estrés que conllevan la enfermedad.
“El cáncer de mama es hereditario, sólo se presenta en mujeres que tienen antecedentes familiares.”
Mito: El cáncer no siempre es hereditario. La mayor parte de los tumores malignos de mama se presentan en mujeres que no tienen antecedentes familiares. De todas maneras, aquellas que sí los poseen, tienen un riesgo mayor de desarrollar la enfermedad, por eso son tan importantes los controles prematuros.
“El uso de antitranspirantes o haber recibido un golpe en la mama puede provocar la aparición de cáncer”
Mito: No hay una evidencia científica que demuestre que el uso de antitranspirantes o los golpes y hematomas en la zona estén relacionados con la generación de un tumor.
“La masectomía es más segura que la cirugía conservadora”
Mito: No necesariamente. La elección del tipo de cirugía depende de diversos factores. En aquellos casos en los que los dos tipos de cirugías son una opción, las mismas han demostrado eficacia similar.
“El cáncer de mama se puede curar”
Verdad: Sí. El diagnóstico en una etapa temprana y los tratamientos actuales permiten que muchas mujeres se curen y tengan pocas probabilidades de que el mismo recurra.