Todos sabemos que llega el último mes del año y que en algún momento tenemos que armar el famoso Árbol de Navidad. Ya sea que lo hagas hoy, que lo tengas armado desde noviembre, o que lo dejes hasta marzo, hace siglos que la tradición quedó instaurada, y sus orígenes son muy variados. Enterate el porqué en esta nota.
Si nos vamos a una perspectiva religiosa, el 8 de diciembre es el Día de la Inmaculada Concepción, debido al dogma de la Iglesia católica decretado en 1854 que sostiene que la Virgen María estuvo libre del pecado original desde el primer momento de la concepción de su hijo Jesucristo.
En este día, muchos acostumbran a armar el Árbol de Navidad y desarmarlo el 6 de enero, que es el Día de los Reyes Magos. Se cree que este hito en la vida cristiana dio origen a la tradición de armar un pino decorado.
Sin embargo, la realidad es que el origen de este día también dependerá mucho de qué cultura se esté hablando. Por ejemplo, los 8 de diciembre los nórdicos solían adorar el nacimiento de Frey, dios del sol y la fertilidad.
En la Argentina, existe un rumor de que el primero en armar un Árbol de Navidad en el país fue un irlandés que decoró un pino en una plaza pública, alrededor de 1807.
Sin embargo, no se sabe con exactitud cuándo se creó el primer Árbol de Navidad, aunque algunos indican que tiene su origen en Alemania en el siglo XVI.
En Inglaterra, la tradición de decorar para navidad se adjudica a los reyes Alberto y Victoria, quienes comenzaron a decorar el Castillo de Windsor en 1841, popularizando la tradición.
Sea cual sea el origen de esta fecha, la tradición de armar el arbolito se ha extendido ampliamente en casi todos los países de América y Europa.
Cada año, las decoraciones son más personalizadas y “caseras”, acompañando a la corriente de ser menos consumistas, decorando de manera ecológica o sin gastar de más. Por ejemplo, consultados por Infobae, la gente de Pinterest reveló que las frases “árboles de navidad reciclados” y “árboles vintage” fueron de las opciones más buscadas.
Sin embargo, la opción ganadora siempre suele ser la tradicional: El típico pino verde de plástico, decorado con bolas de todos los colores, guirnaldas y luces.
Y en un año en donde la pandemia y el coronavirus nos trajo más tristeza e incertidumbre que otra cosa, el árbol de navidad es la excusa perfecta para olvidarnos de todo lo malo por un rato, y compartir un momento de calidez con la gente que queremos.
Vos, ¿cuándo armás el arbolito?