Se trata de una fecha que tal vez pase desapercibida para aquellos que no están insertos en el mundo de la danza, pero la elección de este día tiene un trágico origen que es necesario no olvidar y recordar con respeto. El 10 de octubre de 1971, fallecen en un accidente de avión un grupo de bailarines del Ballet Estable del Teatro Colón, entre los que estaban los Primeros Bailarines José Neglia y Norma Fontenla.
Los otros bailarines que estaban en el fatídico vuelo eran Sara Bochkovsky, Rubén Estanga, Margarita Fernández, Marta Raspanti, Carlos Santamarina, Carlos Schiaffino y Antonio Zambrana . Se dirigían hacia la ciudad de Trelew para presentarse en el Teatro Español de esa localidad.
Pero el avión en el que se trasladaban presentó una falla en uno de los motores, momentos después del despegue en Aeroparque, haciendo que caiga en las aguas del Río de La Plata.
Esta generación de bailarines del Teatro Colón, destacó por ser de los primeros grupos en acercar el ballet a las clases populares, generando gran fanatismo entre la sociedad argentina de los años sesenta. Especialmente, hacia sus primeros bailarines, José Neglia y Norma Fontenla, muy queridos por el público.
Al cumplirse un año de la tragedia, se levantó en honor de estos bailarines, una estatua en la esquina de Tucumán y Libertad, en la Plaza Lavalle de la Ciudad de Buenos Aires, resguardados por el majestuoso Teatro Colón a sus espaldas. La placa conmemorativa reza:
Por aquí, tantas veces, pasamos.
Nos detuvimos a envolvernos de luz.
A bañarnos en el color de las frondas
a recomponer, en movimiento y en gestos,
la constante maravilla de la creación
y aquí queremos permanecer
bajo este cielo,
estos árboles.
Y esta intensidad
que no nos olvidan
Y que no olvidamos.