Recordemos Woodstock 99

Un día como hoy, pero de hace 21 años atrás, comenzaba uno de los últimos festivales más masivos, caóticos y polémicos que se recuerden. En tiempos donde el coronavirus no nos permite ni de cerca pensar en algo así, rememoramos los episodios que hicieron que este festival quede para la historia (no precisamente por buenas razones)…

La idea, era celebrar un nuevo aniversario del Woodstock original: la congregación hippie más importante de aquel año, 1969. Tres jornadas de amor, paz, juventud y grandes como Jimi Hendrix, The Who, Creedence Clearwater Revival, Janis Joplin, tocando para 400.000 personas, entre otros artistas.

La tercera y útlima edición de este festival, no podría haber estado más lejos de las consignas “amor y paz”. De entrada, tenemos el factor climático durante los tres días que duró el festival, que luego sería el gran condicionante de los destrozos que se darían allí: se registraba una temperatura de aproximadamente 38° grados, todos los días. Y la locación: una ex base de la Fuerza Áerea estadounidense, cerca de una pequeña ciudad llamada “Rome”, en Nueva York.

Si bien la cantidad de gente que asistió, fue más o menos la misma hablando en números, la juventud de fines de los 90s estaba ciertamente, más enfurecida que la de los 70s, y no dudaron en hacerlo notar. Pogos al mejor estilo recital del “Indio Solari”, con avalanchas de gente, golpes y patadas. ¡Apretados cual ganado! ¿Alguien podría pensar en un escenario así en un mundo post-pandemia por el coronavirus?

El soundtrack del festival, lejos de calmar las aguas, hizo que las multitudes se extasiaran aún más: el género nu-metal, estaba en la cresta de la ola por esos años y coparon el escenario principal. Korn, Limp Bizkit, Rage Against The Machine y Kid Rock se robaron el show.

Aunque también hubieron presentaciones de artistas de otros géneros e igual de masivos como Aerosmith, The Offspring,Metallica, The Chemical Brothers, entre otros. Podríamos decir que fue un festival que ningún artista se quiso perder.

¿Qué fue lo que pasó?

Para el 2do día del festival, los problemas de organización comenzaron a hacerse notar, y no era para menos: una multitud de personas que superaba el doble o triple de la población de la ciudad de Rome, nunca podía ser buena señal.

La alegría cayó en picada durante la presentación de Limp Bizkit, que, a pesar de ser el punto más alto de su carrera, no pudieron (o no quisieron, o no se dieron cuenta), controlar a su público, generándose peleas masivas, gente deshidratda y desmayada por doquier y más gravemente, abusos sexuales. Ni hablar de la falta de control por parte de la seguridad del evento, ya que muchos de los asistentes, rompían tablas de madera del escenario, y lo usaban para “surfear” encima de la gente.

La demanda de cosas básicas como el agua, tampoco ayudó a que la situación mejore: una botella costaba 4 dólares, una suma bastante elevada por aquellos años y como si fuera poco, prácticamente te veías obligado a comprar en los puestos internos del festival. Si querías otra opción, te esperaban viajes de una hora o más, hasta Rome, bancando las interminables filas, por un poco de agua a un precio más razonable.

Para el tercer día del festival, todo estaba fuera de control: los baños químicos del predio, inutilizables. ¿Fuentes de hidratación?, ni soñarlo. Las denuncias por situaciones de violencia y abusos, crecían a cada minuto.La gente comenzaba a perder la paciencia…

Dame fuego:

Cuando el show de los Red Hot Chilli Peppers estaba cerca de terminar, en la noche del tercer día, la gente, a la que previamente les habían repartido encendedores (con la intención de adornar la performance de “Under The Bridge”), los usaron para iniciar fogatas, quemando todo tipo de plásticos y maderas, y hasta una torre de sonido. Recién entonces, los organizadores decidieron ponerse las pilas y llamar a las autoridades, para que pudieran controlar la peligrosa situación, ¡antes de que alguien terminara muerto!

Afortunadamente, las fuerzas policiales pudieron calmar rápidamente las aguas, (entre vehículos destruidos y puestos de comidas o merch vandalizados) echando a los masivos grupos de personas, y empezando las investigaciones necesarias.

El fin de una época:

Sin embargo, el daño ya estaba hecho: la prensa especializada catalogó el festival como “el día que la música murió”, demonizando a la juventud y a sus bandas. Hasta el día de hoy, varios son los artistas y medios de comunicación que repudian y critican los eventos que sucedieron, y la página oficial de Woodstock ni siquiera hace mención del mismo.

De hecho, la edición que estaba prevista para celebrar los 50 años el año pasado, debió ser cancelada. Entre aparentes problemas financieros, los organizadores decidieron cancelarlo porque “la salud y seguridad de los artistas y asistentes no está asegurada”. Bueno, por lo menos aprendieron la lección…

Mientras los festivales masivos como los conocemos sean parte del pasado (al menos, mientras estemos en pandemia), siempre podemos rememorarlos gracias a la magia del Internet, desde la seguridad de nuestras casas (aunque no sea lo mismo).

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