Finalmente, el día de ayer se aprobó en el Congreso la Ley de Alquileres. Los detalles a tener en cuenta tienen que ver con el plazo mínimo de relación contractual entre propietarios e inquilinos. Además, ofrecerá un menú de garantías y establece un aumento por año.
Uno de los puntos más relevantes de esta ley, es la modificación del plazo mínimo de contrato, el cual ahora será de hasta tres años.
Además, podrá hacerse un ajuste de precio por cada año, los cuales deberán basarse en un índice conformado en partes iguales por el IPC (Indice de Precios al Consumidor) y el RIPTE (Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables).
Al comienzo de la relación contractual, el propietario sólo podrá pedir al inquilino (en concepto de depósito), el equivalente al primer mes de alquiler. No se permitirá exigir pagarés ni ningún otro adicional.
En cuanto a la garantía, el inquilino debe proponer al menos dos alternativas entre título de propiedad de inmueble, aval bancario, seguro de caución, fianza o garantía personal del mismo (es decir, recibo de sueldo o certificado de ingresos).
La nueva ley, obliga a registrar todos los contratos en la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Esto permitirá hacer la deducción del alquiler a quienes tributen Impuesto a las Ganancias.
Acerca de las expensas extraordinarias, estas deberán ser pagadas por el propietario. En cambio, los impuestos ligados al uso del inmueble (como la luz, el gas, el agua, etc) le corresponden al inquilino.
El locatario también podrá avanzar por decisión propia en reparaciones que necesite el inmueble, avisando previamente al propietario. El inquilino podrá descontar esos gastos del pago siguiente del alquiler.
Gervasio Muñoz, de la organización “Inquilinos agrupados” manifestaba acerca de la ley:
“Esta es una victoria de todos los inquilinos que hemos sido humillados durante mucho tiempo por las inmobiliarias “