¿Qué es el “Día de no comprar nada”?

Básicamente, es la contracara del frenesí por el consumismo que representa el “Black Friday”. ¿Cuál es el origen de esta fecha? ¿Qué objetivo tiene? ¿Cómo podemos participar?

El “Día de no comprar nada” fue fundado por el artista de Vancouver, Ted Dave, en 1992. Su propuesta surgió como una manifestación o respuesta al conocido “Black Friday”, que en Estados Unidos se celebra luego del Día de Acción de Gracias.

Los seguidores de este movimiento buscan llamar la atención acerca de la hipocresía que gira alrededor del “Black Friday”, ya que por un lado, está el “Día de Acción de Gracias”, como una jornada para compartir con otros y ser agradecidos por lo que tenemos. Pero por el otro, el día siguiente llama al frenesí y al consumo desmedido, afectando no sólo a nuestros bolsillos, sino también al medio ambiente.

El “Día de no comprar nada” invita justamente, a que por 24 horas no compres nada, para así instar a la reflexión acerca del modelo consumista en el que está inserto nuestra sociedad. Por otro lado, busca poner el foco en otro tipo de consumo, más reflexivo y consciente, promoviendo la compra a emprendedores locales o alternativos.

¿Cómo participar de este día?

No es necesario limitarse a esta fecha para detenernos a reflexionar acerca de nuestros hábitos de consumo. Por eso, acá hay una serie de tips en los que podemos pensar cada vez que estamos por comprar algo:

  • Siempre armar una lista de las cosas que queremos comprar: No se trata de una lista en la que tengamos que comprar todo lo que está escrito. Al contrario, armar una lista permitirá no sólo organizar los gastos, sino que tenerla guardada y revisarla a la semana siguiente nos permitirá reflexionar acerca de si todavía queremos ese objeto, o sólo se trataba de un impulso.

  • Preguntarse: ¿voy a usar esto durante un largo periodo de tiempo? ¿Sólo lo necesito para algo específico? ¿Puedo conseguir que alguien me lo preste o comprarlo usado?. Teniendo en cuenta esas preguntas también nos puede permitir ahorrarnos una compra innecesaria.

  • Las redes sociales importan: No es ninguna novedad cómo las marcas explotan el poder de las redes sociales para incentivar nuevos modos de consumo de maneras que los medios de comunicación tradicionales hace tiempo no podían. Por eso es importante tener en cuenta a qué marcas seguimos y qué mensajes nos transmiten. Si no nos vemos tentados por el poder del estilo de vida que nos quieren vender en las redes, probablemente seamos menos “influenciables” a querer comprar determinados objetos sólo porque “todos lo tienen” o “lo necesito”.
  • Indagar más acerca de dónde viene el producto que quiero comprar: revisar con qué materiales está hecho, si son conscientes del proceso de fabricación o persiguen alguna política para reducir el impacto medioambiental, si testean o no en animales, etc. etc. Otras alternativas en el caso de que sea necesario comprar algo es fijarse primero si no existe algún emprendedor local que haga el mismo producto que estás buscando o por otro lado, si podés encontrar el mismo objeto, pero usado. MercadoLibre o Renová Tu Vestidor son buenas opciones para comprar cosas usadas que estén en buen estado.

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