Una banda joven, al menos en tiempo (apenas tocan juntos hace un año) pero con mucha madurez sobre lo que hacen y sobre lo que quieren. Ellos son Glacé, una banda pop comodorense que se animó a romper con lo esperado en la escena musical local. Chicos y chicas que se unieron por su amor a la música, representando una nueva forma de hacer las cosas en la ciudad…
¿Cómo se formó la banda? ¿De qué proyectos venían anteriormente?
Iñaki: La banda empezó el año pasado, todos juntos. Antes, lo que me venía pasando, que venía tocando reggae con una banda hace muchos años y después mucho rock y ya venía bastante hinchado los huevos(¿Se puede decir eso?). Y me agarró el ataque de que quería tocar la música que yo venía escuchando. Primero llamé a unos amigos que hacían electrónica y medio que empecé con ellos pero seguía sin ser lo que yo quería. Una vez un amigo me pregunta si conozco a Tati, de Santas y Bárbaras. Entonces la agregué al Instagram y empezamos a charlar y a hablar del proyecto, le mostré una base que yo tenía, qué era lo que estaba buscando hacer. Después los dos dijimos que necesitábamos más gente, alguien que cante, alguien que use teclas y entonces la invitamos a Anto. Vino acá a casa con Tati y tocamos y estuvo buenísimo, fue como que hubo una conexión musical ahí…
Tati: Yo vengo tocando desde el 2013 con Santas y Bárbaras, que es un estilo medio pop-rock, así que cuando Iña me invito a hacer pop fue un desafío. Me gustó porque yo venía más o menos de esa onda. Y la verdad es que fue todo un logro lo que venimos haciendo hasta ahora porque siento que a la gente le gusta nuestra banda.
Anto: Yo venía de participar con muchos artistas. Me considero una cantante bastante versátil. Glacé me resultó un desafío muy grande, jamás hice pop. Y bueno, yo venía de ser muy versátil, de hacer guitarra, de algo muy suave. Esto fue fue un cambio muy grande para mi. Es la primera vez que formo parte de una banda…
Ale: A mí me escribió Anto y me comentó del proyecto y me gustó. Me gustó porque me parecía que en la escena local no había nada así y me parecía que el pop te da una libertad muy grande en muchos sentidos, que capaz hay otros géneros que son más cerrados. Siempre me gustaron los sintetizadores y me parecía que era un proyecto que podía explotarlo muchísimo más que en otras bandas que había tocado. Acá cada uno aporta algo, viene con una canción o una idea pequeña que después en la banda se transforma en algo más grande.
¿Se identifican con algún género musical? ¿Tienen artistas que los influyan en ese sentido?
Iñaki: Madonna y Britney.
Anto: No sé en qué se indetificaría Glacé, eso me cuesta. De las primeras cosas que empecé a escuchar e interpretar, si bien nunca canté pop, es Madonna, soy muy fan. Mi mamá también y yo ponía los videclips y me maquillaba y me vestía toda de lentejuelas y hacía las coreos. Y nada, tengo alma y corazón glam pero soy cero glamorosa. Menos en Glacé, me dio la oportunidad de brillar como reina (risas).
Ale: Con respecto a las influencias y esas cosas no sé, tengo un mundo gigante de música. De repente me parecía que era una faceta interesante para aventurarme y nunca había estado en una banda pop. Sí considero que toda la música se conecta en algunos puntos, así que nunca te alejas de nada cuando estás haciendo música. Yo no sé si mis colegas lo notarán pero yo considero que vine a aportar otros elementos estéticos/sonoros que por ahí no son tan obvios en el pop. Eso lo hacemos todos igual, no vamos a las fórmulas tan obvias, hay una búsqueda.
Tati: Yo vengo de escuchar mucha música. En mi adolescencia escuchaba más punk, heavy y siempre me tire más por lo internacional. Con Glacé empecé a escuchar música nueva, empecé a darle más pelota a los sonidos ochentosos, noventosos, y ahora paro más la oreja y escucho el detalle, que capaz antes no lo hacía. Artistas que influyan: me gusta mucho Daft Punk y a los chicos también. No hacen pop, pero tienen un sonido electrónico muy bueno y pienso que es una influencia en la banda.
¿Qué proyecto tienen a futuro con la banda?¿En qué están laburando actualmente?
Iñaki: El proyecto a futuro de la banda es sacar un disco. Ahora estamos grabando con Juan Binckoski nuestro primer tema, que es el adelanto que vamos a sacar. Y después nada, más a futuro es terminar de armar y sacar un disco pronto.
¿Cuáles son los pro y los contras de tener una banda o ser artista en una ciudad como Comodoro?
Ale: Creo que creció bastante la movida musical en Comodoro. Me parece que la gente se divierte más haciendo música sin perseguir esa idea de triunfar, de pegarla. Me pasa que en Comodoro siempre hubo una cosa muy “poser”, que tenía que ver con esta construcción del rockero. Y me parece que hoy esas cosas se están desdibujando. No hay una rivalidad boluda y futbolera. Me parece que es todo más maduro. No hay una competencia que puede tener una gran ciudad, que hay millones de bandas que quieren pegarla y en los bares tenés que andar pagando para tocar. Acá si bien hay pocos lugares, la onda está. Si querés hacerlo, lo hacés. Hay mucha movida independiente, autogestiva.
Iñaki: Me parece que hay muchos pros, que capaz la gente no se da cuenta. Los pros son que si uno quiere hacer movida, hace y toca. Hay apoyo de los otros artistas, hay como mucha unión entre los músicos. Eso no veo que lo aprecien tanto y es re importante. He tocado en otros lugares y no ves eso. Yo toco pop y me cruzo al chabon que es re metalero y conoce la banda y yo la suya y nos hemos ido a ver y siempre respeto y apoyo. Y la contra me parece que es la que hay en todo el país: que la industria musical y la industria de los recis es cada vez peor y cada vez más difícil que una banda se mantenga sola sin tener que poner plata cada uno de su bolsillo.
Tati: Me parece que está re bueno, como dijeron los chiques, que hay una movida muy grande que se armó desde la gente joven. Quitando el tema de la pandemia, hay muchas posibilidades como artista local, poder tocar y que la gente te apoye. Como decía Iña, yo tengo amigos que son re punkies y les gusta Glacé. Es como que ahora ya no es lo que era antes: cuando era más pendeja me acuerdo que estaban los rollingas, los punks y los heavy metal y los “bolicheros” y ahora eso ya no existe. Toda la gente escucha mucha música y eso está re bueno. Las contras no sé, yo trato de ser positiva pero por ahí es el tema de lo monetario. Todo el tiempo tenés que poner del bolsillo y nada, es mucho laburo también para autogestionarse como banda.
Anto: La escena se abrió un montón, hay mucho más compañerismo. Hablando de Glacé, el pro que tenemos es que me atrevería a decir que somos la primer banda que se animó a hacer pop super glam. Los contras de toda banda independiente, que es todo una inversión. Como artista femenina, me genera mucha impotencia que tengas que pagar en lugares por tocar, dar explicaciones, que no te tomen en serio, que si no tenes a la par un varón mucho no significás. Gracias a todo el movimiento y la consciencia social las cosas están cambiando. Me encanta que seamos una banda mixta, que nuestros compañeros varones nos den una igualdad.
¿Qué expectativas tienen en la escena musical una vez que pase la pandemia?
Tati: Nosotros tenemos un montón de ganas de tocar, porque quedaron en stand-by muchísimas cosas. Ahora estamos grabando pero re de a poquito. Expectativas las mejores, de poder tocar en vivo, de hacer lindas fechas. Grabar. Que la gente lo pueda escuchar. Yo creo que después de esta situación van a haber un montón de bandas nuevas y solistas. Esta pandemia nos dio mucho tiempo de poder conectarnos con nosotros mismos como músicos.
