Conociendo a The Red Place

Entre el 2019 y el 2020, Macarena Nuñez creó “The Red Place”: un blog por un lado, y un emprendimiento por el otro. En ambas facetas, logró volcar todos sus conocimientos e interés por el mundo de la moda. Y en esta charla, Macarena nos demuestra que este universo puede ser mucho más que frivolidad y consumismo, y que ante todo, se trata de animarse a crear un propio lenguaje. Estos temas y mucho más, en esta nueva entrevista con una creadora comodorense en ascenso.

¿Cómo empezó tu interés en el mundo de la moda? ¿Alguien que consideres referente?

Yo creo que re de chica, como a los 5 años aproximadamente. Estaba muy acostumbrada a que todas las mujeres en mi familia saben coser, tejer o hacer ropa, en definitiva. En mi casa siempre habían revistas de moldería y alguna que otra revista de moda. Cuando me enteré que la moda era una profesión, fue cuando me explotó la cabeza. Me habían regalado una Barbie para navidad, que era diseñadora de indumentaria y venía con un montón de accesorios típicos de la profesión. Entonces fue ahí cuando dije “Esto está bueno. Hay gente que gana plata con esto y hace cosas lindas” (risas).

Ya a los ocho años fue cuando empecé a pedir las primeras revistas de moda. Leía “Para Ti” y “Para Teens”, que en ese entonces tenían buenos artículos sobre diseñadores, sobre la Semana de la Moda, etc. Pero sí, empezó como algo muy familiar y después yo fui adquiriendo otros conocimientos.

Mis referentes siempre van cambiando, porque me atraen distintos estilos de indumentaria, pero yo creo que alguien que ayudó a alimentar todo eso fue mi mamá. Ella vio que tenía esta cosa de que me gustaba mirar vidrieras, vestirme, vestir muñecas, y como que estaba muy interesada en el mundo, entonces ella siempre supo incentivármelo.

¿Cómo inició Red Place? Tanto como blog y emprendimiento. ¿Qué esperas lograr a través de la marca?

Tanto el blog como el emprendimiento surgieron como una necesidad de querer hacer algo distinto en la ciudad, o al menos usarlo como algo para expresarme. Ambas surgieron de la misma forma. El blog fue de antes, lo creé en el 2019. Y fue con la idea de no hartar a la gente en redes sociales (risas) hablando mucho de moda, sino hacer un espacio para los que les interese. Y la verdad que, por ser Comodoro una ciudad chica, que por ahí está un poco “estancada” en lo que es la moda, me llamaba la atención hacer algo que sea más sobre novedades o cuestiones sociales. También romper un poco con esta idea de que la moda es lo que te dice que es un diseñador o un asesor de imagen, y con esta idea medio frívola. Sino hablar de que también puede tener un interés cultural, social, que es relevante en la economía, etc.

Creo que mi objetivo es hacer algo distinto, algo que llame la atención y principalmente darle una voz al diseño independiente en la ciudad. Porque hay muy buenos diseñadores independientes, lo único es que necesitan que se les preste muchísima más atención, porque lo que hacen es distinto, y está bueno que Comodoro sea diverso en varias áreas.

¿Pensás que la cuarentena o la pandemia influyeron en nuestra relación con la ropa? ¿Qué está cambiando en el mundo de la moda por todo esto?

Para mi sí, hay dos cosas que cambiaron mucho, y yo lo noto en la gente en general. No sólo a la hora de comprar sino también en los artículos que están de moda. Todos hablan del confort, primero y principal. Y segundo, en ver si realmente lo que estás comprando es por necesidad o si lo estás comprando por materialismo.

Pero igual hay una realidad que también, con todo lo que pasó en el año, mucha gente empezó a cambiar el estilo, a fijarse mucho más en la imagen, a darle cierta importancia. Y eso está bueno, porque si bien las ventas bajaron un montón, hay como unas ganas de querer arreglarse un poco más.

Yo creo que el mundo de la moda se está desestructurando bastante, tanto a nivel nacional e internacional. Está buenísimo que se empiece a tomar conciencia de que la moda no es frívola solamente, sino que también puede tener una carga social y política. Como que empezaron a plantearse cuál es su deber en el mundo. Por eso, muchas marcas están empezando a preocuparse por la inclusividad, por la sustentabilidad, tratar de no ser tanto un mercado de “fast fashion”. Se está tratando de construir una moda más consciente, y también de consumir de manera consciente. Creció mucho el consumo de “segunda mano” que eso también está buenísimo.

Principalmente eso, que se están teniendo en cuenta condiciones sociales que antes no y que está cambiando el público al que se quieren dirigir también.

En el sentido “tendencias”, ¿qué vamos a ver mucho este año? ¿Seguirá la fiebre de la moda Y2K?

Este año vamos a ver mucha mezcla entre los 90s y los 70s, 60s, como muchas ganas de retomar viejas tendencias. Seguramente motivado por toda esta nostalgia que nos dejo la pandemia. Para mí, el fuerte va a estar en el color este año.

Ya lo dijo Pantone, eligiendo para el color del año el amarillo, y otras marcas están eligiendo colores pasteles, neones, etc.

Los colores del 2021 según Pantone

También sigue en juego esto de la comodidad, la tendencia “athleisure”, que este mix entre lo formal y lo informal. Me parece que eso es lo que vamos a ver muchísimo. Y por supuesto, los 2000s, creo que todas estas referencias estéticas ya las estamos viendo y van a seguir vigentes todo el año.

Hablando de estilo en la Patagonia, ¿qué dirías que nos define? ¿La gente le da importancia a lo que elige a la hora de vestir?

Parece que lo que nos define a los patagónicos a la hora de vestirnos, es que no nos animamos a usar lo que realmente queremos usar. Me parece que hay muchísima gente que capaz quiere ponerse algo que llama la atención y ya se pone a pensar en el “qué dirán”. O algo que veo muchísimo acá en Comodoro, es que cuando algo es tendencia, lo explotamos muchísimo. Un ejemplo es la cartera “Jackie Smith”. ¡Fue increíble! Tres o cuatro personas se la compraron y ya todo el mundo tenía que tenerla.

Es como que nos vamos a lo seguro, a donde no nos van a mirar. Y al contrario, tenemos que empezar a animarnos a crear un estilo propio y decir “bueno, quiero que me miren porque estoy bien vestida” y que no nos importen los comentarios de los demás o si nos miran raro. Falta tener más coraje, y no olvidar que la moda es también un lenguaje, y tenemos que animarnos a expresarnos usando lo que realmente tenemos ganas de usar.

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