Hace un año el brote de hantavirus en la localidad chubutense de Epuyén dejó a 11 personas fallecidas, 34 casos confirmados y 159 pacientes que cumplieron aislamiento
Cuando mencionás en Epuyén alerta sanitaria, aislamiento social y cuarentena, sus habitantes están escuchando palabras con las que están familiarizados. Esta ciudad ubicada en la provincia del Chubut afrontó con mucha sabiduría el brote de hantavirus más reciente, ocurrido en noviembre del 2018.
Con la consigna de Epuyén está de pie vivieron la angustia de la pérdida, el pánico colectivo y decidieron hacer lo único que estaba en sus manos: pensar en el otro. Los pacientes cumplieron con la cuarentena y las personas sanas acataron las medidas estratégicas de protección del Ministerio de Salud de la provincia. Durante muchos días estuvieron en sus casas pues el protocolo para el hantavirus, similar al del coronavirus, era evitar el contacto con otras personas por prevención. Encontrarse con familiares, amigos y vecinos tendría que postergarse para otro momento, era el momento de ser conscientes y lo lograron.
“Si vuelve a pasar, no sé si estamos mejor preparados”, fueron las palabras de un enfermero en aquel momento. El 24 de marzo de 2019 el brote se dio por terminado, sin embargo, lavarse las manos con alcohol en gel se volvieron una costumbre entre la gente de Epuyén. Además de usar alcohol en gel, sus habitantes también tomaron como costumbre otra cosa, tras el peor brote de transmisión del hantavirus, aprendieron a mantener la calma y pensar en la comunidad y en el beneficio colectivo. Es una costumbre ahora ayudarse entre todos. Hagamos que esa sea la costumbre, aprendamoslo de Epuyén.