Se trata de una estrategia que varias aerolíneas llamaron “Vuelos a ninguna parte”. Se trata de, básicamente, un paseo en avión que inicia y termina en el mismo aeropuerto. Si bien, es una especie de paliativo a las consecuencias económicas de la pandemia para las empresas aeronáuticas, la idea es fuertemente repudiada por organizaciones ambientalistas.
En este caso, la propuesta llegó de la mano de la aerolínea Singapore Airlines, pero numerosas agrupaciones ambientalistas rechazan esta idea , por la contaminación desmedida e innecesaria que generarían este tipo de viajes. Así y todo, son varias las aerolíneas que están considerando ofrecer este tipo de servicios como una forma de contrarrestar los efectos económicos de la pandemia del coronavirus sobre estas empresas.
En el caso de la aerolínea bandera de la ciudad-Estado asiática, analizan la opción ya que no poseen rutas domésticas. Al mismo tiempo, las fronteras con sus países vecinos continúan cerrados por la pandemia. Es por esto que considera entre sus opciones ofrecer este tipo de vuelos en formato de paseo. Sin embargo, la propuesta fue altamente criticada por organizaciones ambientalistas, porque la operación de estos vuelos sin un fin en específico, aumentaría la emisión de gases que provocan la crisis climática.
La ONG SG Climate Rally, se manifestó al respecto y aunque enviaron su apoyo a los trabajadores de Singapur Airlines debido a los recortes que están sufriendo, así y todo rechazó la inciativa:
“Primero, incentiva los vuelos que emiten mucho carbono sin justificación y, segundo, es solo un parche que distrae de las políticas y los cambios de prioridades necesarios para mitigar la crisis climática“, señalaron.
Sólo el año pasado, el sector aéreo emitió 915 millones de toneladas de CO2 en todo el mundo. Afortunadamente, este año se prevé que los números bajen un poco, gracias a las restricciones de vuelos durante la pandemia. Aunque lejos está de solucionar el problema, no deja de ser un dato esperanzador.
Sin embargo, la empresa Singapore Airlines no puede escapar de sus problemas económicos producto de la pandemia: tuvo que dejar en tierra al 90% de su flota y despedir a 2.400 empleados.
Otras empresas, ya han imitado esta y otras maneras para poder generar ingresos de alguna forma.
Por ejemplo, la aerolínea australiana Qantas ha decidido retomar en noviembre los vuelos de 12 hs que ofrecía a la Antártida a bordo de aviones Boeing 787 para paliar los efectos económicos de la pandemia. En agosto, la aerolínea japonesa ANA también empezó a ofrecer “vuelos a ninguna parte”, a través de un Airbus A380 con temática hawaiana. Por otra parte, la empresa taiwanesa StarLux Airlines sobrevuela el mar de China Meridional durante tres horas sin aterrizar.
Por último, la aerolínea Royal Brunei ofrece billetes para sobrevolar bosques tropicales por 85 minutos.
Mientras tanto, el medio de transporte que más contamina en el mundo, es el viaje en avión. Emite unos 285 gramos de CO2 por kilómetro y pasajero. Por cada tonelada de CO2 emitido se derriten tres metros cuadrados de casquete polar ártico.