Los farmacéuticos de AstraZeneca informaron que uno de los voluntarios para los estudios de la vacuna contra el coronavirus sufrió una reacción adversa. Más detalles de cómo sigue la cosa, en esta nota.
La farmacéutica británica detuvo los ensayos de una de las vacunas más avanzadas contra el coronavirus, tras detectar “una enfermedad potencialmente sin explicación”, en uno de los voluntarios que recibió una inyección. Así lo informó un portavoz al sitio de información sanitaria STAT News.
Luego, en el mismo portal confirmaron que esta persona experimentó “síntomas neurológicos compatibles con la mielitis transversa, un trastorno inflamatorio espinal muy raro pero grave, se trata de una mujer.” Así lo señaló el director ejecutivo de AstraZeneca, Pascal Soriot.
Así mismo señaló que si bien el diagnóstico de la mujer no está confirmado, está mejorando y probablemente sea dada de alta el día de hoy. También aclaró que a la paciente se le administró la vacuna contra el Covid-19 y no un placebo.
Sin embargo, también reveló que el ensayo clínico de la vacuna ya se había detenido en julio, ya que otro participante había experimentado síntomas neurológicos. Finalmente, a ese voluntario se le diagnosticó esclerosis múltiple pero no consideran que esté relacionado con la vacuna.
Para intentar llevar un poco de calma, voceros del laboratorio consideran que este tipo de pausas en la investigación están dentro de lo habitual en cualquier vacuna y que deja en claro “los niveles de seguridad con que testean sus productos para garantizar la absoluta seguridad de su uso posterior”.
“Esto ciertamente sucede en cualquier ensayo a gran escala en la que participan decenas de miles de personas, algunas de ellas pueden enfermarse y siempre hay que intentar averiguar: ¿es por la vacuna, o iban para contraer esa enfermedad de todos modos?” se preguntaba Francis Collins, director de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.