Las familias pudieron disfrutar de los avistajes inaugurales de la temporada de Ballenas, con todos los cuidados en el marco de la pandemia.
El 2020 fue un año difícil para el turismo, y el avistaje de ballenas que es ícono de Chubut en el mundo también sufrió las restricciones de la pandemia. Pero este 2021, con un panorama más alentador, se inauguró de manera oficial la temporada de avistajes embarcados.
El clima primaveral del fin de semana le dio un marco de privilegio a los primeros avistajes de la temporada que fueron disfrutados por los turistas que viajaron para la zona de Península Valdés.
El Golfo Nuevo atrae todos los años a gran población de ballenas, que buscan estas cálidas aguas para tener a sus crías y guiarlas en sus primeros meses de vida. A través de los avistajes en barcos, las ballenas son protagonistas del espectáculo natural y espontáneo, levantando sus colas y dando saltos y piruetas, curiosas de las embarcaciones que se acercan.
Para esto, los pasajeros y las embarcaciones son regulados por el “Código de Buenas Prácticas para el Avistaje de Ballenas” que establece no tocar a los animales, bajar la voz durante la navegación y no arrojar objetos al agua. La actividad se realiza bajo estrictos protocolos para el avistaje de ballenas en el marco de la pandemia del coronavirus.
La población de la Ballena Franca Austral que llega todos los años a Chubut puede alcanzar 2000 ejemplares en épocas de apareamiento. Penísnula Valdés, el área en donde esta especie de ballena viene a parir y criar a sus bebés, fue declarado Patrimonio Natural de la Humanidad en 1999.
“Venimos a ratificar que para este gobierno el turismo es una política de Estado que consolidamos en conjunto, el sector público y el privado”, había expresado el gobernador Mariano Arcioni al habilitar oficialmente la temporada de ballenas en Puerto Madryn el pasado viernes.