Elisa Loncón es la nueva presidenta de la Convención Constituyente de Chile

La mujer de origen mapuche fue elegida con 96 votos para ser la encargada de la redacción de la nueva carta magna del país vecino.

El día de ayer, tras algunos incidentes en las afueras del Congreso, Chile eligió a quien redactará su nueva Constitución: Elisa Loncón, una mujer mapuche de 58 años que fue elegida con 96 votos.

Loncón, además de hablar siete idiomas, se especializa en el idioma mapudungun, el lenguaje oficial de los mapuches. Ha asesorado al Ministerio de Eduación de Chile y ha colaborado con entidades internacionales como la Unesco y el Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa.

La ceremonia de la Convención Constituyente comenzó a las 12:40 tras una suspensión temporal por disturbios en las afueras del Congreso de Chile. Una vez reanudada la convención, tuvo lugar la oficialización de los 155 miembros que fueron seleccionados por la ciudadanía en mayo pasado para redactar la primera Constitución chilena en el marco de la democracia. Cabe destacar que hay 17 bancas que serán ocupadas por representantes de las diez naciones originarias que conforman a Chile.

En su discurso como presidenta de dicha Convención, Loncón comenzó agradeciendo “el apoyo a las diferentes coaliciones que entregaron su confianza y depositaron sus sueños en el llamado que hiciera la nación mapuche para votar por una persona mapuche, mujer, para cambiar la historia de este país”.

“Este es un sueño de nuestros antepasados, se hace realidad, es posible, hermanos, refundar Chile, establecer una nueva relación entre el pueblo mapuche, las naciones originarias que conforman este país”, destacó la linguista.

¿Cómo funcionará la Convención Constituyente?

En sus primeros dos o tres meses de funcionamiento, la Convención deberá establecer su reglamento. Esto implica, cuántas comisiones va a tener, qué presupuesto, cómo van a votar, si habrá paarticipación ciudadana, normas de ética y demás cuestiones relacionadas a los conflictos de interés.

Una vez definidas estas condiciones, los 155 constituyentes dispondrán de un plazo de 9 meses (con posibilidad de extensión de tres meses más) para la elaboración y redacción de una nueva Constitución. Una vez que el texto esté aprobado por los propios constituyentes, habrá un plazo de 60 días para convocar un plebiscito de salida, con voto obligatorio, para que todos los chilenos ratifiquen o rechacen el texto.

De rechazarse este texto, seguirá rigiendo la Constitución de 1980, establecida durante el gobierno dictatorial de Augusto Pinochet.

Cabe destacar que esta modificación histórica de la Carta Magna chilena se viene gestando desde las protestas masivas de fines del 2018, marcado por el alto costo de vida y las tajantes diferencias entre las clases sociales, así como la baja jubilación y los altos costos en salud y educación, lo que convierte al país vecino en uno de los más desiguales de la región.

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