Dos son las teorías que giran en torno al significado de Chubut. Algunos estudios dicen que significa “transparente”, y otros, “tortuoso, con muchas vueltas”.
La realidad es una analogía directa de lo que sucede en una sociedad atravesada por todo tipo de conflictos, con un denominador común: el enfrentamiento permanente entre grupos de “poder” (facciones) que quieren imponer por la fuerza ideas retrógradas.
Duele mucho la imagen de la cordillera y la comarca prendida fuego. Mucho más duele cuando se descubren verdaderas historias de pobladores “chubutenses” que perdieron todo…
Las llamas y las cenizas, el humo y el crujir de la naturaleza, se llevó puesto hasta los sueños de pobladores forjados , corajudos, que le dieron identidad genuina desde la cuna. Porque la Patagonia Chubutense es dura y hostil ,pero no como para derrumbar la esperanza de este pueblo admirado por muchos. Y reconocido por pocos…
Hay un daño estructural en la naturalización del fuego y las llamas que abruman. El contexto “Chubut” requiere enorme profundidad analítica, que incluso cuesta simplificar en un párrafo o un mensaje “ viral” por las despiadadas redes sociales.
En Chubut INCENDIARON los edificios públicos. INCENDIARON la casa de las leyes, INCENDIARON la casa de gobierno, INCENDIARON las rutas. NADIE reaccionó.
Justicia distraída. Políticos justificando. Gremios celebrando. Oportunistas empujando. El pueblo anestesiado, naturalizando las llamas.
¿Hay relación directa en la naturalización de las llamas y el fuego como símbolo de protesta violenta y el feroz incendio en la Comarca Andina? Sí, efectivamente sí.
Un presente tortuoso , gris , que provoca acción – reacción. Destrucción. Naturalizar lo imposible hace posible este presente tortuoso.
Por acá , por allá , se multiplican las imágenes de nuestra comarca prendida fuego. Por acá, por allá, se multiplican las voces condenando “el fuego”. Voces que se esperaban hace tiempo. Llegaron tarde. Muy tarde.
Es hora de renacer de las cenizas. La ilusión de un Chubut transparente es posible.
¿Cómo podrías renacer sin antes haber quedado reducido a cenizas?
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En memoria de Sixto Garcés. Perdió la vida en un paraje de El Maitén, Chubut junto a su caballo y a su perro.