Ayer un sector de la sociedad comenzó a reclamar esfuerzos de la clase dirigente. Las redes sociales se inundaron con la consigna #BajenseElSueldo. El ajuste de la clase política en tiempos de pandemia esconde algo mucho más complejo que un sincericidio del que luego será difícil volver. El reclamo ciudadano le dejaría la puerta abierta a muchos oportunistas que están más cerca de la demagogia que del esfuerzo genuino.
Por eso, proponemos un simple cuestionario o “múltiple choice”.
Si cobras un sueldo como funcionario público o político completá la opción con la que te sientas más identificado.
A. Salgo primero y me bajo el sueldo por un mes aprovechando la enorme exposición mediática que nos da la crisis de emergencia del Coronavirus.
B. Espero a ver qué pasa y si no queda otra (nos revientan las cacerolas) me lo bajo junto con todos.
C. Ya me lo baje , me putearon y ahora los quiero ver.
D. No me lo bajo ni en pedo y que me vengan a buscar con la Infantería.
Ya nos enteraremos de los resultados. Pero de lo que estamos seguros es que empieza a sentirse un “tufo” pesado, más profundo incluso que el que se sintió en un momento bisagra en la historia de la política argentina: el “que se vayan todos”, del que ya, lamentablemente, nos hemos olvidado (y la política también) .
El puño firme sobre la mesa o a morder nuevamente el polvo.
La sociedad civil encerrada, angustiada, asfixiada, tensa no permitirá ni dará lugar al oportunismo, a la hipocresía, la demagogia, el juego de palabras o promesas vacías de contenido.
Señores políticos, el mundo está cambiando, o cambian ustedes o la realidad se los llevará puestos.
Casi no hay margen siquiera para los equilibristas, hay una verdadera demanda de honestidad intelectual, transparencia y empatía.
El reloj corre, es una bomba de tiempo, y algunos monos sueltos están dispuestos a desactivarla. ¡POOM!