Jueces y partes

La autarquía financiera del Poder Judicial es el tema de la semana en las altas esferas de poder chubutense, pero no se trata de un tema nuevo ni es tan simple como parece.

Todo comenzó, hace algún tiempo atrás (como dice el hit de los 90). En la apertura de sesiones legislativas, y en medio de un gran conflicto sindical en toda la provincia por el pago escalonado, Arcioni mencionó en su discurso la palabra autarquía.

Para muchos pasó desapercibido, pero la mención a un proyecto de ley de Autarquía Financiera para los Poderes Legislativo y Judicial tenía una razón de ser. En aquel entonces, a fines de febrero, el poder Judicial y el Poder Legislativo se turnaban para hacer paro, e impedir en el caso del Legislativo, las sesiones del congreso provincial.

El Poder Judicial tardó un poco más en saltar, pero gritaron cuando el pago escalonado y los atrasos en los salarios llegó a las altas esferas. La justicia paró. Detuvo actividades e hizo uso de su poder de coerción. En esos tiempos pre pandémicos, se decía que el tercer y cuarto rango de la justicia llegaban a superar los 500 mil pesos de salario. Realidad bastante distinta a la de la mayoría de los empleados estatales.

Hasta que el mundo se detuvo producto del Coronavirus, en Chubut la justicia y la legislatura presionaban al ejecutivo con conflictos salariales que impedían el normal funcionamiento del Estado. Por turnos… un paro unos, un paro otros.

Hoy, apenas dos meses después, el contexto es claramente distinto. El gobernador decide enviar a tratamiento el famosos proyecto de ley y el Supremo Tribunal de Justicia, representado por Panizzi, no esta para nada de acuerdo. El ministro argumenta que no se le dio participación al Poder Judicial, que es un plan para “desmantelar un Poder del Estado“. También aclara que por más autarquía que haya, el ejecutivo deberá garantizar los fondos para el funcionamiento de la justicia, un argumento un poco contradictorio con la parte financiera del asunto. Y ahí está la cuestión.

El problema no es lo autárquico, el problema es lo financiero. Y bien lo dice el vicegobernador Sastre, cuando menciona que el reclamo de los empleado en vez de ir al Ejecutivo le recaerá al Poder Judicial. Ahora deberán buscar otra forma de presionar. Y no la tienen fácil, la justicia no anda de parabienes entre liberaciones, aprietes, la necesidad de salir de los sótanos de la democracia.

Y en ese sentido, Panizzi fue un adelantado. En una entrevista al Canal 9 de Comodoro Rivadavia aclaró -o amenazó- que si la justicia no tiene garantizados los recursos, dejará de funcionar. Y esta es una de las causales contempladas en la Constitución Nacional para que se declare una intervención federal.

Mas que nunca, una disputa de “Poderes“, que se desarrolla con una liviandad propia de una distopía hollywoodense. Mientras en todo el mundo las economías caen, el petróleo se desploma, las poblaciones se aíslan, el COVID19 nos acorrala. Los con poder se aferran bien fuerte a su salvavidas de rancia alcurnia.

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