Vida y obra de Carlos Menem: el presidente más excéntrico que vio nuestra historia

El día de ayer, falleció a sus 90 años, Carlos Saúl Menem, ex presidente de la Argentina de 1989 a 1999. Se encontraba hospitalizado hace casi dos meses en el Sanatorio Los Arcos. Un líder excéntrico como pocos, que sin dudas marcó a toda una generación y una época muy puntual del país. Pero también, nos demostró lo viciosa y turbia que podía ser la corrupción, exponiendo a la luz el lado oscuro de nuestra democracia, la que apenas comenzaba a recuperarse de décadas de inestabilidad.

Carlos Saúl Menem nacía en el año 1930 en La Rioja, como hijo de padres de origen sirio, que inmigraron a la Argentina en busca de un futuro mejor. Durante su adolesencia, un hecho puntual lo marcó de por vida, y lo insertaría en lo que sería su futura carrera: la visita de Juan Domingo Perón a su provincia. Este hecho lo definiría no sólo en el ámbito profesional, sino además, en su visión política.

En 1949, Menem se muda a Córdoba para estudiar derecho. En ese mismo año, la dictadura de Pedro Eugenio Aramburu derroca al líder de su partido. Sus primeras tareas como abogado tuvieron que ver con la defensa de los presos políticos durante esta dictadura.

En 1956 es detenido y llevado a la cárcel por las autoridades, acusándolo de querer derrocar al régimen militar. Es liberado al año siguiente, y Menem, decidido a continuar apoyando a su líder político, funda en la clandestinidad la Juventud Peronista de La Rioja.

En 1973, al tiempo que Perón era reelegido tras la proscripción de su figura y su partido, Menem era elegido gobernador de La Rioja, portando la bandera del peronismo detrás. Sin embargo, en 1976, es encarcelado nuevamente, esta vez por cinco años, tras un nuevo Golpe de Estado mal conocido como “Proceso de Reorganización Nacional”.

Con la vuelta a la democracia, el peronismo sufre un duro revés al no resultar ganadores de las primeras elecciones tras años de dictadura. No obstante, Menem es reelegido como gobernador de La Rioja, y no contento con eso, es reelegido por tercera vez en 1987. Su nombre comenzaba a hacerse reconocido en todo el país, posicionándolo como uno de los candidatos más fuertes por el peronismo en 1989.

Ese año, Carlos Menem, un hombre peculiar, hijo de padres extranjeros del medio oriente, y de origenes humildes, llega a la Casa Rosada, en contra de todo pronóstico. Como si fuera poco, se trata del primer presidente que consigue la reelección en 1995, impulsado por la reforma de la Constitución Nacional en 1994, tras un acuerdo con el presidente Raúl Alfonsín.

Es en esta etapa en donde Menem, comienza a jugar con las extravagancias que definieron su mandato, y que marcaron a toda una generación. Incluso, podríamos hablar que la presidencia de Menem marcó el tono cultural de la Argentina durante la década de los 90s, y no es para menos. Carreras a 200 km/h en un Ferrari, cenas con pizza y champagne, partidos de básquet, y encuentros con Madonna, Michael Jackson y los Rolling Stones.

Más allá de estos detalles que no dejar de ser cuestiones anecdóticas y hasta bizarras, lo que de verdad definió las presidencias de Menem, fue el rumbo económico que decidió tomar. Durante su primer mandato, Argentina se encontraba sumida en una inflación anual del 5.000% y las desigualdades en el país, eran más profundas que nunca, con cientos de personas caídas del sistema, revolviendo los tachos de basura o saqueando supermercados.

Para hacer frente a esta situación, Menem implantó una estrategia que se conoció como “uno a uno”, que mantenía la paridad entre el peso argentino y el dólar estadounidense. Esto llevó a que de la noche a la mañana, la inflación argentina cayera a una cifra de un dígito, estabilizando la moneda nacional y generando un fuerte crecimiento en la economía en general. Detrás de este proyecto estaba la figura de Domingo Cavallo, en ese entonces ministro de economía. Esencialmente, cuánto menos se metiera la mano del Estado en los asuntos del país, mejor.

Se vino una intensa etapa de privatizaciones de empresas públicas que incluyó la venta de ENTel (la telefónica estatal), Correo Argentino, Aerolíneas Argentinas, e YPF, la empresa hidrocarburífera más importante a nivel sudamericano (para hablar de las consecuencias que trajo esta privatización en ciudades como Comodoro Rivadavia, necesitariamos un capítulo aparte), para achicar el gasto público. Objetivo que no se cumplió ya que las mismas empresas privadas que adquirieron las empresas estatales, recibían millonarios subsidios que formaban parte del negocio de las ventas.

Para su reelección en 1995, su fórmula mágica comenzaba a hacer agua por todos lados. La desigualdad se había profundizado aún más. Con una industria paralizada y quebrada, la clase media y baja sin opciones laborales, muchos expertos coinciden que fueron sus políticas, las que generaron el estallido del 2001.

Menem y la corrupción: la otra cara de la moneda

Durante su carrera política, Menem fue investigado e imputado en cientos de causas judiciales. Por ejemplo, el enriquecimiento ilícito, del cual fue señalado durante todo su mandato como gobernador de La Rioja y como presidente. También, es acusado por su rol en el tráfico de armas a Croacia y Ecuador, en tiempos donde ambos países tenían embargos internacionales que prohibian la venta de armamento.

Otro cargo por el cual lo apuntaban, es por la trístemente célebre explosión de Río Tercero en 1995, una fábrica militar en Córdoba, que voló en pedazos, dejando un saldo de 7 muertos y 30 heridos. Además, siempre quedaron incógnitas acerca del rol que pudo (o no) haber tenido el ex presidente en la muerte de su propio hijo, Carlos Menem Jr. tras un accidente en helicóptero.

Caso aparte e imposible de desconocer es el atentado a la AMIA, uno de los ataques terroristas más fuertes que se hayan vivido en Latinoamérica en contra de la comunidad judía. Ocurrió el 18 de julio de 1994, con un saldo de 85 muertos y casi 300 heridos. Los investigadores detrás del caso, tenían testigos que señalaban al ex presidente de tener vínculos con el ciudadano sirio Alberto Kanoore Edul, sospechoso de haber perpetrado el ataque. Sin embargo, la Justicia terminó absolviendo a Menem de este y otros casos en los que lo han imputado.

En 1999, finaliza su segundo ciclo y Fernando De La Rúa lo sucede en el cargo. La débil economía heredada, los problemas sociales, y paros sindicales vaticinan el fin prematuro de La Alianza en el poder. Luego de la salida de De La Rúa, los 5 presidentes en una semana, Duhalde, en ese entonces Senador, es elegido por las cámaras para finalizar el mandato en 2003. Es ese año donde Menem decide presentarse nuevamente a las elecciones presidenciales. Tras resultar vencedor en primera vuelta, declina de presentarse a la segunda. Esto desemboca en la aparición en escena de Néstor Kirchner como nuevo líder del dispersado peronsimo de principios de los 2000s.

Desde el 2005, ejercía como senador nacional en representación de La Rioja, donde en los últimos tiempos se lo notó débil para ejercer ese cargo. Su reciente y delicado estado de salud llevaron a que por ejemplo, no pudiera estar presente durante la votación por el Aborto Legal el pasado diciembre (del cual siempre se mostró en contra).

En los últimos días, su cuadro de neumonía se complicó aún más, y finalmente, falleció en la noche de ayer, a sus 90 años. Fue velado en el Salón Azul del Congreso de la Nación, en donde se hizo presente su hija, Zulemita Menem, su compañera más fiel. Finalmente, el ex presidente será enterrado en el Cementerio Islámico de San Justo, al lado de su hijo, Carlitos.

Con más errores que aciertos, así termina la vida de uno de los presidentes más extravagantes que recuerde la Argentina en su historia reciente. Sin lugar a dudas, dejará un legado que, depende con quién hables, te dirá que fue lo peor que nos pasó, o lo mejor. Para hablar de Menem, no hay términos medios.

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