Hoy se recuerda el fallecimiento del máximo exponente del tango argentino, quien se transformó en leyenda, tras ese desafortunado accidente aéreo, en Medellín, Colombia. Un repaso por sus orígenes, su carrera, y otras curiosidades del gran artista nacional.
Su verdadero nombre era Charles Romuald Gardés, nacido el 11 de diciembre de 1890, en Toulouse, Francia. Se sabe que su madre era Berthe Gardés, sin embargo, la identidad de su padre es aún desconocida. Algunos apuntan que su padre sería Paul Laserre.
Madre e hijo, llegaron a Buenos Aires en 1891, instalándose en la zona aledaña al Mercado del Abasto, en el barrio de Balvanera.
Dando sus primeros pasos en el canto de la mano de Tita Ruffo, llegó a realizar sus primeras presentaciones en los cafetines del Abasto, en 1910. Comienza la leyenda, cambiando su apellido por “Gardel”.
Sus primeras grabaciones fueron en 1912, de la mano del sello Columbia y su discografía más importante, en el sello Odeón, en 1917. También, marcó un hito en la historia del videoclip argentino, siendo el protagonista de los primeros videos de este tipo. Entre su amplia trayectoria en el cine nacional, se encuentran: la película muda “Flor de durazno”, y las sonoras “Luces de Buenos Aires”, “Espérame”, “La casa es seria” (sólo se conserva el audio), “Melodía de arrabal”, “Cuesta abajo”, “El tango en Broadway”, “Cazadores de estrellas” (perdida), “El día que me quieras” y “Tango Bar”.
En total, el genio del tango llegó a grabar 966 registros, más un sinfín de “pruebas” que no alcanzaron a editarse comercialmente y que hoy, están a manos de coleccionistas.
En 1923, Gardel se presenta por primera vez en Europa, recorriendo España y Toulouse, su ciudad de origen. En 1925,debuta en la radio, para la mítica emisora Splendid. Además en 1926, comenzaron sus primeras grabaciones eléctricas.
En 1927, Gardel consigue la ciudadania argentina. Su Libreta de Enrolamiento (antiguo DNI) es la N° 236.001.
La fama de Carlos Gardel, llegó a atravesar las fronteras de Argentina, como pocos artistas han logrado, filmando películas en castellano en Nueva York y Francia.
El 23 de marzo de 1935, graba su último disco, en Nueva York. Era una canción criolla llamada “Apure delantero buey”, con letra de Alfredo Le Pera y orquesta de Terig Tucci.
Gardel posee una infinidad de apodos por las cuales es reconocido: El Mudo, el Morocho del Abasto, el Zorzal criollo, el Bronce que sonríe, el Troesma. Popularizó “Mi noche triste”, considerado el primer tango canción , marcando el inicio de este tipo de obras, en donde se narran historias vinculadas al despecho y al desamor, recurrentes en el género.
Era hincha de Racing Club. Nunca tuvo hijos, aunque en todo este tiempo, no ha faltado la aparición de personas que dicen ser su descendencia.
Su antigua casa de Francia, está ubicada en 4, rue Canon d’Arcole, Toulouse.
En la famosa película “El día que me quieras”, aparece unos instantes un canillita de unos diez años. Se trataba de Astor Piazzolla.
La última obra que cantó Gardel, fue el tango “Tomo y Obligo”, en 1935, durante su presentación en Colombia, país en el que fallecería a causa del accidente de avión ocurrido en Medellín. Tenía 44 años.
Sucede que el avión en el que se encontraba el músico, no logró despegar, chocando contra otro avión que esperaba su turno de despegue. Se incendió instantáneamente. De sus 17 pasajeros, sólo sobrevivieron José María Aguilar (uno de sus guitarristas), el técnico de sonido José Plajas, y el ingeniero de la compañía aérea, Grant Flynn.
Sus restos, fueron velados el 5 de febrero de 1936 en el estadio Luna Park, en Buenos Aires. Luego, un enorme público siguió el recorrido del féretro hasta el Cementerio de la Chacarita. Su tumba, es una de las más visitadas por fanáticos de todo el mundo.
Actualmente, su casa de la calle Jean Jaurés 735 se convirtió en un museo. Su casa en Toulouse, ha sido completamente renovada, aunque conservando la fachada original, con una placa que recuerda el nacimiento del ídolo popular y una fotografía de él.
Pasarán los años, las generaciones, y la música que va y viene. Pero el legado cultural que nos dejó Carlos Gardel, no tendrá fin. No por nada es nuestro ídolo nacional por excelencia.