Foto: Reuters/Brian Synder

¿Cómo se viven las elecciones en Estados Unidos?

Y finalmente, llegó el día: las elecciones presidenciales en Estados Unidos. En un año profundamente marcado por la crisis en diversos sentidos, los ciudadanos están más divididos que nunca entre el actual presidente Donald Trump y el candidato demócrata Joe Biden.

Las elecciones estadounidenses suelen marear a más de uno, gracias a su complejo sistema de votación, cuyos resultados no dependen del voto popular en sí. Sin embargo, ahí estamos todos, expectantes a los resultados de estas elecciones, ya que queramos o no, quién lidere a la potencia mundial por excelencia, repercutirá de alguna forma en la delicada situación económica de nuestro país. Como si fuera poco, el 2020 fue un año más que desafiante para los candidatos, el actual presidente Donald Trump y el demócrata Joe Biden.

Coronavirus, disturbios, amenazas, protestas raciales, debates vergonzosos, todos fueron los condimentos para una carrera que se “define” hoy. En esta nota, intentaremos resumir las claves para comprender qué está pasando en Estados Unidos y cómo se están viviendo las elecciones presidenciales de este año.

Partamos por la base: ¿qué se vota?

Según dicta la Constitución estadounidense, el primer martes de noviembre cada cuatro años se celebran las elecciones presidenciales. Este año, la costa está más polarizada que nunca entre el republicano Donald Trump y el demócrata Joe Biden. Sin embargo, también se vota cómo estará compuesto gran parte del Congreso, algunos gobernadores e iniciativas populares.

Se renovarán los 435 escaños de la Cámara de Representantes, hoy copada por los demócratas (237-197) y según algunas encuestas, podrían ampliar esa mayoría.

Por su parte, los republicanos buscan mantener su mayoría en el Senado, en el que controlan actualmente con un margen de 53-47. En estas elecciones se renovarán 35 de los 100 senadores. De esos 35, 23 son republicanos. La mayoría en el Senado es clave para la confirmación de proyectos, así como también de frenarlos. Según resultados de una encuesta del portal FiveThirtyEight, hay un 76% de posibilidades de que el Senado sea dominado por los demócratas.

Además, los estadounidenses elegirán a 11 de los 50 gobernadores de los distintos estados del país: Missouri, Montana, Carolina del Norte, Nuevo Hampshire, Virginia Occidental, Delaware, Indiana, Dakota del Norte, Utah, Vermont y Washington.

¿Cómo funciona el sistema electoral estadounidense?

Preguntas complejas si las hay, porque el sistema de votación estadounidense es distinto al nuestro, empezando por el hecho de que no es obligatorio, lo cual modifica los objetivos de las campañas y las estrategias de comunicación de actores, personalidades e influencers. Además, el sistema electoral es indirecto: los votantes eligen a los representantes de su estado en el Colegio Electoral, que es el órgano encargado de designar al presidente y el vicepresidente.

Los votantes eligen a los 538 miembros del Colegio Electoral, quienes son los encargados de elegir al presidente. El candidato necesita un mínimo de 270 electores para declararse ganador. Es por esto que la victoria no está definida por la cantidad de votos de la gente en sí. A su vez, cada estado tiene un número fijo de electores, el cual dependerá de la proporción de su población, y la de los congresistas y senadores que enviarán al Congreso. Es por esto que se escucha hablar de que hay estados “claves”, como por ejemplo, California, que es el que más aporta, con 55 electores.

Los delegados, le conceden los votos de su estado al candidato que logra la mayoría absoluta en los votos populares. Por ejemplo, en California, si Biden le gana a Trump, este se quedará con los 55 electores de ese estado.

Sin embargo, aunque hay estados que históricamente se han volcado por los demócratas o los republicanos, hay otros estados llamados “bisagra” y ahí es donde empieza el juego por intentar conquistar a los indecisos y así hacerse de los electores. Por ejemplo, Biden cerró su campaña en diversos puntos de Pensilvania, mientras que Trump hizo un tour en Carolina del Norte, Pensilvania, Michigan y Wisconsin.

Este año, Florida, uno de esos estados “bisagra” vuelve a ser clave para estas elecciones. Con un gran caudal de voto latino, Florida logró definir la mayoría de las elecciones de la historia reciente de Estados Unidos. En 2016 votó por Donald Trump, en 2008 y 2012 por Obama, en 2004 y 2000 por George Bush hijo, en 1996 por Clinton y en 1992,1988 por George Bush padre.

Foto: Reuters

Una pandemia que lo cambió todo:

Todo parecía indicar que era inminente la reelección de Donald Trump este año, pero la pandemia dio vuelta las cosas, y las críticas a su pésima gestión para contener el coronavirus, le valieron las dudas de diversos sectores, especialmente el económico. Hoy en día, Estados Unidos es el país más afectado por el covid-19 del mundo, con 9.200.000 casos positivos y 231.000 muertos, y con una tasa de paro del 7,9% registrado en septiembre.

Esto, sin contar las medidas optadas por Donald Trump que le valieron el rechazo de la comunidad científica y de la sociedad en general, como su oposición al uso obligatorio de las mascarillas y el hecho de no haber impuesto un confinamiento estricto como la gran mayoría de los países del mundo, en un intento de darle más importancia a la economía que a las vidas humanas.

Ni siquiera el hecho de él mismo haberse contagiado de coronavirus el pasado 1 de octubre hizo recapacitar al mandatario, quien sigue sosteniendo que la situación es culpa de China y acusa a Biden de querer cerrar el país si llegase a ganar y dejar a Estados Unidos, “sin Navidad, sin Halloween, sin fiestas, ni graduaciones, ni casamientos” , se lo oyó decir en algunos discursos.

El boom del voto por correo:

Marcado por la pandemia, las elecciones de este año significaron fueron el boom del voto por correo, en un intento de evitar las aglomeraciones. Según datos del US Elections Project de la Universidad de Florida, votaron anticipadamente el 66,8% de los electores respecto al año 2016.

Entre el total de los anticipados (93.131.017), 59 millones fueron por correo y 34 millones en persona.

Donald Trump se ha mostrado bastante en desacuerdo con la votación por correo, al cual califica de permeable al fraude, y además sostuvo en redes sociales que las elecciones de este año serán las elecciones más “inexactas y fraudulentas de la historia”.

“Los buzones van a ser robados, las papeletas serán falsificadas e incluso impresas ilegalmente y firmadas de forma fraudulenta”, señaló el actual presidente en Twitter.

¿Cuándo se sabe quién ganó?

Gracias al voto por correo, el recuento de este año podría ser más lento que de costumbre. Esto dependerá de lo que decida cada estado en este sentido: mientras algunos señalan que tendrán los resultados hoy mismo, otros aceptaron recibir votos por correo incluso días después de la elección, siempre y cuando hayan sido enviadas antes de la fecha límite.

En este sentido, Trump volvió a mostrarse impaciente y durante su cierre de campaña el día de ayer, sostuvo que intentarán que el recuento finalice la noche de hoy, y advirtió que tendrá listo a un equipo de abogados para esto: “No creo que sea justo que tengamos que esperar mucho tiempo después de las elecciones”.

Distintas visiones:

Con posiciones bien marcadas respecto a los ejes de campaña de cada candidato, Trump y Biden saben exactamente a quién quieren llegar con sus propuestas. Trump se aferró a sus éxitos en materia económica en sus años de gobierno previos al coronavirus. Biden por su parte, hizo más foco en temáticas que preocupan a la sociedad, como la salud, la inmigración y el cambio climático.

Respecto al coronavirus, Trump es de los que sostienen que se deben reabrir por completo escuelas, oficinas, instituciones y comercios, mientras que Biden sostiene que la apertura debe estar sujeta a las condiciones epidemiológicas de cada ciudad. En este sentido, también se mostro en la vereda opuesta de su adversario, quien no ha realizado acciones desde su gobierno para incentivar el uso de tapabocas. Biden ha señalado en más de una oportunidad que de ganar la presidencia, dictaría el uso obligatorio de las mismas.

En materia económica, Trump planea disminuir el impuesto al salario y a la vez aumentar los gravámenes a las ganancias del capital y las corporaciones. Biden en cambio, busca fomentar el crecimiento de la clase media, revirtiendo el recorte de los impuestos a ricos y empresas. Un punto en común es que ambos coinciden en subir el salario mínimo de 15 dólares la hora.

Sobre la inmigración, Donald Trump continúa sosteniendo su discurso acerca del rechazo a la inmigración ilegal y a la ya famosa “construcción del muro” en la frontera con México, para la alegría de sus seguidores más extremistas, supremacistas blancos y xenófobos en general.

En este sentido, Biden afirmó que una de las principales cuestiones a modificar en el país si él ganara, es el “racismo institucional”. Es que el 2020 fue un año marcado por las revueltas raciales que incluso, traspasaron las fronteras del país y se replicaron en todo el mundo, en una sociedad harta de la violencia policial contra la gente de color, que terminó de explotar con el asesinato de George Floyd.

Más polarizadas que nunca, las elecciones en Estados Unidos tienen al mundo en vilo, y nadie se anima a arriesgar resultados precisos, en una jornada en la que todo está por verse….

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