Así lo anunció hoy a sólo 13 días de las elecciones en Bolivia. “Si no nos unimos, vuelve Morales” sostuvo la presidenta de facto. Una amplia encuesta la colocaba en el puesto n° 4 en intención de voto.
La frustrada candidatura de Áñez, había recibido duras críticas de la oposición y aliados, ya que había jurado que no se postularía. Se supone que su rol sólo buscaba cumplir con la gestión transitoria, luego del golpe de Estado contra el presidente Evo Morales.
“Si no nos unimos, vuelve Morales”, sostuvo la ahora ex-candidata y argumentó que su decisión la tomó para “cuidar la democracia”. Ahora, queda saber a qué candidato de derecha se transferirán los votos de Áñez, para competir contra el candidato del MAS (Movimiento Al Socialismo), el economista Luis Arce, quien va primero en el sondeo de varias encuestas.
“Hoy dejo de lado mi candidatura a la presidencia de Bolivia para cuidar la democracia. No es un sacrificio, es un honor porque lo hago ante el riesgo de que se divida el voto democrático entre varios candidatos y que, a consecuencia de esa división, el MAS acabe ganando la elección”, comenzó en su comunicado en redes sociales.
“Lo hago para ayudar a la victoria de los que no queremos la dictadura y lo hago en homenaje a la lucha que ha sostenido el pueblo boliviano para que se vaya por siempre la dictadura”.
El 11 de noviembre del 2019, Jeanine Áñez asumió la presidencia en una sesión de la Cámara Alta pero sin quórum. El día anterior, el presidente elegido Evo Morales, convocó a nuevas elecciones, pero finalmente renunció a su puesto entre presiones por parte del ejército y la policía y acusaciones de fraude.
En una encuesta publicada el día miércoles, Áñez apenas recolectaba un 10% de intención de voto, colocándola en el cuarto puesto. Mientras tanto, el economista Luis Arce, ex-ministro de economía de la gestión de Morales, se posicionó en el primer puesto, con el 40,3% de intención de voto. El en segundo puesto se ubica Carlos Mesa, con el 26,2%. Luis Fernando Camacho, ex líder cívico del departamento de Santa Cruz y principal impulsor del golpe de Estado a Morales, sacó el 14,4%.
Ahora, para evitar un triunfo de MAS, al menos la mitad de los sufragios deberían ir para Mesa y así poder aspirar a una segunda vuelta. Sin embargo, Áñez lanzó duras críticas contra él: “Él está en una situación de escondite en su casa y ahora no es momento de tibieza”.
Pese a la baja de la actual presidenta de facto, que favorece a Mesa y a Camacho, aún sigue sin ser suficiente para disputarle la presidencia a Arce.