La gala fue vista por menos de 10 millones de personas. Esto representa una baja del 58% respecto a la edición del año pasado.
La 93° edición de los Premios Oscar celebrada el domingo rompió un nuevo récord, y no uno bueno precisamente. La ceremonia del 2021 fue la menos vista en su historia, con menos de 10 millones de espectadores en los Estados Unidos. Esto representa una baja del 58% respecto al año anterior.
Lo mismo ocurrió con otras entregas de premios de este año, como los Emmy y los Grammys. Los Globos de Oro bajaron su audiencia en un 60% respecto al año anterior.
Los productores del evento intentaron probar nuevas cosas para poder cumplir con los protocolos y llamar la atención de los espectadores. Lamentablemente, eso no se vio reflejado en los números.
Uno de los cambios más notorios fue la inversión del orden de los tres premios más importantes de la noche. El premio a “Mejor Película” fue la película “Nomadland” de Chloé Zhao y se anunció primero que los de “Mejor Actor” y “Mejor Actriz”. Usualmente es el último premio de la noche. Eso quitó un poco la expectativa y la emoción del premio, al punto de que pasó casi desapercibido.
Pese a que el premio a “Mejor Actor” se lo llevó a casa el legendario Anthony Hopkins, por obvias razones el actor de 83 años no pudo estar presente. Sin embargo, tampoco transmitieron su discurso de agradecimiento y la ceremonia terminó instantes después de que Joaquín Phoenix anunciara al ganador. Así, sin más.
Otros apuntan a la cancelación o freno de las grandes producciones hollywoodenses durante el 2020, y a que la gran mayoría de las películas nominadas hayan sido estrenadas en plataformas de streaming y no en las salas de cine. Esto hizo que los nombres de los actores nominados no sean tan legendarios o reconocidos (salvo algunas excepciones). Tal vez, la gente no tuvo tanto interés en saber quién ganó o no, cuando ni siquiera reconocen a los actores o vieron las películas.
El hecho de estar frente a una pandemia con millones de muertos, crisis económicas y puestos de trabajo perdidos en todo el mundo, pudo haber repercutido en el poco interés de la gente en ver la premiación, cuando las preocupaciones y los ánimos a nivel general son otros.
En resumidas cuentas, el 2021 puede marcar el comienzo del fin de nuestra adoración por las premiaciones y los famosos, tal vez para siempre. O bien, con el regreso paulatino a la normalidad, puede ser que las próximas temporadas de premios nos encuentren mejor posicionados para volver a disfrutarlos.
Ustedes, ¿Qué piensan? ¿Las entregas de premios ya quedaron obsoletas? ¿O extrañan el glamour que representaban años atrás?