Se trata de 24 puntos que podrían determinar si hubo o no mala praxis en la asistencia a Diego Maradona, que el equipo de fiscales de San Isidro le notificó a las partes para que comiencen a trabajar a partir del 8 de marzo.
El día de ayer, los fiscales les comunicaron a las partes los 24 puntos sobre los que el 8 de marzo comenzará a trabajar la junta médica para poder determinar si en la muerte del ídolo futbolísitico hubo o no, un caso de mala praxis. Se realizarán en la Superintendencia de Policía Científica de La Plata.
Algunas de las preguntas que los fiscales intentarán responder son: ¿Cuál era el estado cardiológico de Diego Maradona? ¿Sus médicos debían conocerlo? ¿Estaba bien medicado? ¿La casa de Tigre era el lugar adecuado para su internación domiciliaria? ¿Aumentó el equipo a cargo de su salud?
Los fiscales le solicitaron a los especialistas que informen “el cuadro clínico y estado general de salud de Diego Armando Maradona con anterioridad a su fallecimiento” pero que en particular, se pronuncien sobre “la patología cardíaca que presentaba el paciente” y “su grado de complejidad”. La historia clínica y la autopsia de Maradona, revelaron que el jugador poseía una insuficiencia cardíaca crónica.
Se preguntan además, si de los elementos recopilados “surge la realización de los estudios y controles adecuados para verificar su condición y evolución cardiológica durante el período comprendido entre el 1° de octubre de 2020 y su fallecimiento”.
También consultan si por lo que se observó en la autopsia “el cuadro cardiológico observado requería suministrar al paciente alguna medicación específica para esa afección” y “si los fármacos suministrados al paciente antes de su fallecimiento (…) pudieron generar efectos adversos y/o contraindicaciones médicas de acuerdo al cuadro cardiológico”.
Acerca de la cirugía a la que Maradona fue sometido en la Clínica de Olivos, los fiscales quieren obtener más información acerca de si tenía criterio de “intervención quirúrgica urgente”, si el 11 de noviembre “el paciente se encontraba en condiciones psíquicas y físicas de ser externado” y si estaba “en condiciones de autovalidez y de ejercer el principio de autonomía al momento de disponerse su internación domiciliaria”.
Sobre la casa de Tigre en la que Diego transcurría su internación domiciliaria, en donde posteriormente falleció, la pregunta es si “era adecuado en función de las normas y protocolos de organización y funcionamiento de un servicio de internación domiciliaria acorde a la normativa vigente”. La junta definirá si “las características del lugar, la ubicación de la vivienda dentro del barrio privado y la ausencia de elementos necesarios y equipamiento médico disponible ante una emergencia (desfibrilador, tubo de oxígeno y servicio de ambulancia 24 hs.), pudieron potencialmente incidir en el desenlace final”.
Acerca del edema que fue confirmado en la autopsia y fue uno de los motivos de su muerte, los fiscales investigan si el cuadro de “hinchazón, ronquidos, fatiga y cambios en el timbre de voz -evidenciados cuanto menos a partir del 16 de noviembre de 2020-, debió haber generado alguna conducta o acción por parte del equipo de salud tratante” y si “era necesario el suministro de medicación diurética”.
Finalmente, a la hora de evaluar a los responsables de la salud de Maradona, el equipo de investigación se pregunta si “en base a las respuestas esgrimidas, las conductas de acción u omisión del equipo de salud a cargo aumentaron el riesgo permitido para la salud de Diego Armando Maradona”.