Con un partidazo de película ante Francia, la Argentina definió por penales en el cierre de Qatar 2022, sellando la gloria eterna y devolviéndole la alegría a un país entero.
Lo que para muchas generaciones era tan sólo una leyenda de nuestros mayores o un sueño por cumplir, finalmente sucedió: Argentina es una vez más Campeón Del Mundo. Todos queríamos que pase, todos soñábamos con ver al mismísimo Lionel Messi levantar esa copa y luego de 36 años, esa imagen quedará en los corazones de millones de argentinos.
El recorrido fue durísimo. Tras conquistar la Copa América y la Finalissima, encuentros que rompían la racha de una selección que hace décadas no levantaba copas, la “Scaloneta” comenzaba Qatar 2022 con una confianza que parecía inquebrantable.
Pero un pequeño susto hizo tambalear el sueño de todos, cuando perdíamos a Arabia Saudita. Sin embargo, no dejamos que un tropezón sea caída, y redoblamos la apuesta ante México, y le siguieron partidos más peleados como ante Polonia, Australia, Países Bajos y, finalmente, Croacia. Sólo quedaba la gran final, y el rival era digno de temer: el Francia de Kylian Mbappé.
El partido comenzó con la intensidad que ameritaba la final de la Copa del Mundo, con una sensación de victoria absoluta para la Argentina. Un primer tiempo que comenzó con dos golazos y el pueblo argentino abrazándose a la ilusión.
Pero en el 2do tiempo Francia se despertó y demostró por qué llegó hasta donde llegó: Mbappé hizo su magia y estampó dos goles en cuestión de minutos de diferencia entre uno y otro, poniendo el corazón en la boca de ambas potencias.
Messi nos volvió a alegrar con un tercer golazo y parecía que nuestro destino estaba sellado. Pero Argentina “nació para sufrir” y la ventaja fue rápidamente igualada una vez más por Mbappé, y al quedar apenas minutos para que termine el tiempo oficial del partido, y los penales eran inminentes.
Ni siquiera el ataque de ambos equipos por meter un cuarto gol fue suficiente, y no quedó otra que entregarse al destino.
El “Dibu” Martínez, figura clave del partido y héroe nacional, fue deteniendo las pelotas rivales una a una (a excepción de la primera de Mbappé, pero luego la suerte quedaba a manos de Gonzalo Montiel, quien tuvo la enorme responsabilidad de patear el penal final.
Y con esa pelota partiendo el arco, el tiempo se detuvo para siempre y se selló con las lágrimas de emoción de las generaciones nuevas y de las que supieron ver a los ganadores del 78 y del 86.
Así, la Scaloneta calló la boca de sus detractores en todo el mundo, Messi es coronado como el ídolo futbolístico más grande de esta generación y la Argentina regresó a su lugar por excelencia: En el podio, en el puesto N° 1.