Catalogado por algunos como “el enemigo de Messi”, Bartomeu presentó su renuncia como presidente del Club, presionado por los socios del Barcelona, que eventualmente iban a votar por su salida. Lo sorprendente es que este mismo lunes, el empresario había desmentido la posibilidad de dejar su cargo.
Josep María Bartomeu presentó su dimisión a la presidencia del Barcelona el día de ayer, en una reunión de comisión, acompañado por el resto de los directivos. La noticia fue confirmada por diversos medios en Cataluña.
El 1 y 2 de noviembre, se iba a llevar a cabo una moción de censura contra él y el objetivo era que las autoridades catalanas la postergaran. Para esto, envió una carta a la Generalitat, solicitando una prórroga, para así poder abrir varios centros de votación, considerando la pandemia del coronavirus y evitar así un amontonamiento de personas.
Sin embargo, la Generalitat no hizo lugar a su pedido, y presionado por los socios del club que votarían por su salida, prefirió él mismo adelantarse y dar un paso al costado. Lo curioso es que el dirigente había señalado este mismo lunes ante la prensa que: “No he pensado en dimitir. Creo que se está construyendo un buen proyecto y estoy seguro de que vamos a ganar más de un título”.
“Sería un mal momento dejar al Barça con una gestora, que no podría tomar decisiones que tomamos nosotros día a día”, agregó.
Así, Bartomeu confirmó su renuncia de la siguiente forma:
“Comunico mi dimisión y la del resto de la junta directiva. Es una decisión meditada, serena y acordada por todos mis compañeros”.
“No podemos ni debemos elegir entre la prevención de la salud y el ejercicio del voto. Por eso tomé la decisión de no convocar al voto y dimitir inmediatamente”, señaló el ex presidente sorpresivamente.
Con la renuncia de Bartomeu, se cierra un ciclo para el Barcelona que hizo tambalear la relación del club con el mejor jugador del mundo, Leo Messi. Apenas meses atrás, el astro del fútbol se encontraba envuelto en una situación en la que los rumores de su salida o permanencia en el club eran portada de todos los portales deportivos del mundo. Finalmente, decidió quedarse y respetar su contrato hasta el 2021, no sin antes exponer varios trapitos al sol. Es que es fuerte la creencia desde la asunción de Bartomeu en el 2015, de que el Barcelona está cayendo en picada, en prestigio y rendimiento.
“El presidente siempre dijo que yo al final de temporada podía decidir si me quería ir o si me quería quedar y al final no terminó cumpliendo su palabra. El burofax era hacer oficial que me quería ir, porque el presidente no me daba bola”, señaló Messi en una entrevista cuando confirmó que al final se quedaba en el Club. La relación tensa entre el presidente y el jugador quedó más que expuesta.
En más de una oportunidad, Messi hizo públicas sus diferencias con Bartomeu, desmintiendo por ejemplo, que el plantel haya influido en la destitución de Ernesto Valverde. También salió a aclarar que nadie en el equipo se había opuesto a la reducción salarial cuando comenzó la pandemia del coronavirus. Y la frutillita del postre es la investigación que se llevó a cabo que determinó que el club gastó fondos para contratar empresas que hablaran mal de los jugadores en redes sociales.
La gota que derramó el vaso para Messi fue la vergonzosa derrota 2-8 contra el Bayern en la Champions League, siendo un fracaso que no pudo soportar y pidiera la salida del club. Allí comenzó un tire y afloje y malentendidos del contrato de la Pulga, que terminó en una amenaza de Bartomeu a Jorge Messi, diciéndole que si querían irse del club, debía ser mediante juicio.
Lo que pasó después ya es conocido: Messi decidió quedarse a terminar su contrato hasta el 2021. Pero con la renuncia de Bartomeu, el panorama vuelve a ser incierto para el jugador. ¿Volverá a dudar de su permanencia en el Barcelona? ¿Quién reemplazará a Bartomeu? Son las preguntas inevitables de esta bomba estallada.