Batman Arkham Asylum – Mister J

El inesperado éxito que cambio las reglas de los juegos de acción, y impacto su genero fuera de superhéroes.

El estereotipo es que un juego basado en una licencia no tiene chance de ser bueno. Menos aun si son de superhéroes, con el odiado Superman 64 dejando una mancha en la historia.

Cuando un estudio joven como Rocksteady dijo que harían un juego de Batman en el Asilo Arkham, no había mucha razón para interesarse. Este estigma fue lo que le dio a Batman Arkham Asylum una oportunidad para redimir un subgénero entero al mismo tiempo que escribió muchas reglas.

El escuadrón del Guasón toma control del asilo y sus instalaciones, con la intención de envenenar toda la ciudad Gotham con un peligroso químico. Como siempre, Batman va a salvar el día, en su noche mas larga.

Si suena a algo salido de televisión, técnicamente lo es, la historia adaptada y escrita por los guionistas de la serie animada. Inclusive cuenta con el las voces originales aportando de nuevo a sus personajes, solo validándolo más como una entrega auténtica. La actuación de Mark Hamill en particular como el inigualable príncipe del crimen es en especial la mejor del juego. La calma voz de Kevin Conroy como el Caballero Oscuro es otro placer al oido.

Arkham Asylum utiliza un formato reminiscente al género metroidvania, con el asilo gradualmente abriéndose al progresar la historia, y nuevas herramientas permitiendo mirar por lugares previamente inaccesibles. Por lo general el juego balancea entre formatos diferentes para mantenerse variado, que incluye investigación del escenario, pelear contra los prisioneros y atacar desde las sombras.

Batman encuentra cada tanto evidencia para seguir un rastro, y su modo “detective” es usado para escanear el entorno y analizar pistas a su alrededor. El mismo también puede ver tras paredes y destacar objetos de interés, como los cientos de trofeos coleccionables que Enigma dejó para molestarlo. Y quizá, otro visitante aun menos agradable.

Probablemente en medio de su trayectoria se va a encontrar con matones con ganas de riña, y aquí el juego pasa a convertirse en un simple brawler pero con ganache.

En lo que termino en cientos de otros juegos, solo dos botones importan: golpear y contra ataque, usado cuando aparece una señal alrededor de enemigos. Con animaciones impecables y sonidos bruscos, es difícil salir de dar una paliza no sentirse como un dios.

Pero este dios puede morir a balas, y Batman sabe mejor que dejarse matar.

En varios escenarios, los matones están armados y vigilando una zona de importancia, donde la única opción es atacar desde las sombras. Muchas de las herramientas a mano están particularmente orientadas a este modo, con un desafío constante que las requiere más a medida que los grupos se coordinan con ferocidad.

Donde el juego no ejecuta bien sus ideas son los jefes, siendo repetitivos, simplones y con poca dificultad. Curiosamente, es igual el único real tropiezo de toda la experiencia, una fresca hasta hoy y aun reteniendo una potente atmósfera de horror.

Con decenas de coleccionables, pequeños secretos y modos extra de desafío, es el gran inicio a la trilogía de una serie que marcó la generación.

La definición de un clásico moderno.

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