Bully – Limpie esa nariz

Una experiencia mas que original, aún reteniendo un carisma único tras quince años de lanzar.

Nada como la nostalgia. Recordar lo bueno de algunos años de la vida, o no vividos, pero rara vez prefiriendo volver. En lo personal, nunca conocí a nadie que quiera volver al colegio, pero eso no evitó que Bully se transformara en un clásico de culto con cientos de fans.

Rockstar Games busco, aparte de crear una cariñosa sátira de la vida en el colegio, reproducir un lugar auténtico que cualquiera pudiera sacar una anécdota de la memoria. Está ese profesor de matemática con poca paciencia, el gordo de la clase, la chica que se tira a un mal llevado, cualquier estereotipo que se imagine está en algún lugar de la horripilante Academia Bullworth.

Jimmy Hopkins, un problemático pero bienintencionado joven de quince años, termina en este colegio mientras que su madre va a una luna de miel. Viendo el horripilante estado del establecimiento en todos sus aspectos, se resuelve a lidiar con todos los matones en los círculos sociales y traer justicia propia a el pueblito.

Bully se compone en tres aspectos, el mundo abierto, las clases y el ambiente social. Se lo compara mucho como un Grand Theft Auto con profesores, pero es muy distinto pese a aspectos.

Primero, Jimmy no puede causar disturbios sin ser inmediatamente reprimido, y hasta ofensas simples pueden causar que los adultos le detengan. Explorar el colegio y el pueblo tiene varias ofrendas, como mini-misiones para ganar dinero, actividades opcionales y nuevos objetos para usar.

Sin embargo, ya sea por misiones o papando moscas, hay que estar atento a las clases. Todas son una pequeña actividad que evoluciona de a poco por la cursada. Son todas variadas, algunas basadas en quick time events, conocimiento y lógica o solamente saber conceptos básicos escolares.

Valen la pena, ya que aprobar las clases nos da nuevos beneficios para el tercer aspecto de la jugabilidad : el entorno social.

Jimmy será duro como rocas, pero todos los grupos de chicos no le tienen miedo, y buscan pelear con solo verle. Algunos alumnos solo quieren pegar trompadas a lo bruto, otros hacen defensiva, mientras que algunos tratan de zambullirse en equipo.
En un principio, la escuela entera es hostil, pero completando misiones para los diferentes personajes nos hará ganarnos el respeto de ellos.

Pasar los pasillos reconociendo a todos los alumnos le da un tinte personal a cada pelea, cada asignatura y cada enfrentamiento en la historia, la cual mientras avanza se ven cambios en el entorno por las temporadas. Este aspecto íntimo y tan personal es una parte grande de lo que le da atmosfera e hizo tan recordada la experiencia.

Ni hablar de la magistral banda sonora compuesta por Shawn Lee, que con sus diversas tonadas capturan sin barrera de edad la sensación de el infierno escolar.

Tema Principal, compuesto por Shawn Lee

No estamos sin embargo en un juego perfecto. Aparte de que los controles son un poco toscos de manejar sin editarlos, la versión original carece de añadidos en Schoolarship Edition, que es la recomendada en consola, y en PC sin modificar es prácticamente injugable. Link aquí para unos arreglos creados por fans.

Lamentablemente, por más querida que sea esta obra, una secuela es probablemente sólo un sueño. Aparte de rumores sobre la cancelación de un prototipo, gran parte del equipo que formó el título abandonó la compañía. Recapturar esa magia es quizá imposible para muchos.

Suena a un estándar alto preferir nada, pero habla de lo único y apreciado que es Bully para muchísima gente.

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