Inigualable juego de acción con una impresionante profundidad e impecable ejecución.
Cuenta la leyenda que después de que se finalizara el desarrollo de Devil May Cry, se autorizó una secuela sin el equipo original, y obviamente esa producción salió desastrosa.
En un último intento de salvar el titulo, Hideaki Itsuno recibe el mando y en seis meses hace lo que puede. A pesar de su impresionante esfuerzo, el juego es terrible.
Y su respuesta es hacer Devil May Cry 3, hasta hoy reconocido como uno de los mejores juegos de acción, solo para redimirse.
La historia es algo cruel a tanto la cuarta entrega, que también sufrió problemas de desarrollo, pero aún más cruda contra DmC Devil May Cry. Un reboot fallido que desde el día uno nunca logró convencer a los fanáticos de su nueva dirección, y pareció que la franquicia estaba en el olvido tras su controversia. Y de la nada misma, Itsuno reaparece en el E3 2019 y se redime al mundo de nuevo.
Transcurriendo unos años después de la última entrega canónica, el escenario se pone con un impresionante demonio invasor llamado Urizen creando una enorme estructura en medio de una ciudad. Poco parece importarle al caza demonios Dante, acompañado por su pupilo Nero, algo molesto de que Urizen le robo su brazo.
Cuando las cosas no salen bien en el prólogo, el grupo prepara Round 2 tras un mes de preparación, que los llevará a una aventura larga y con mucha escaramuza.
De forma casi agresiva el juego reintroduce el universo, sus personajes y personalidad, y los larga en situaciones ridículas para un combate magistral en decenas de misiones. A pesar de repetirse demasiado en escenario, las peleas mantienen todo el juego increíblemente desafiante, divertido, y obscenamente espectacular.
Retorna el novato Nero con unos brazos utilizables de la mano de su nueva aliada, Nico, para reemplazar su mano demoníaca ausente. Desde un cohete, un taladro o una explosion eléctrica, le dan a Nero una catarata de potencial y variedad impresionante, para un personaje que hasta ahora podía ser fuerza bruta pura.
Dante en cambio nada en un mar de profundidad, con muchos desbloqueables, nuevas armas, nuevas habilidades y más mejoras. Dominarlo es en sí todo un desafío, y prácticamente tiene tanto para ofrecer que es imposible saber dónde empezar. Ni hablar de nuevas mejoras a su arsenal existente y habilidades previas, haciendo la mejor versión del amado protagonista.
El nuevo personaje jugable, V, es bastante distinto al resto. Frágil de por sí, juega más como un domador, usando demonios para enfrentarse a las hordas. Griffon es un ave que tira electricidad, y Shadow, la pantera, es el furioso mano-a-mano. Y si hay demasiada presión, el grandulón Nightmare es el botón de pánico para la situación.
Los tres personajes en conjunto tienen una equitativa cantidad de tiempo en control, pero algunas misiones permiten elegir quien usar, así que se puede tener un poco de favoritos. Nuevo en el juego es un sistema de cameo, con otro jugador pudiendo ser observado a la distancia para inspirarse o felicitar su habilidad.
Como un buen combate y presentación no es suficiente, el gol final lo hace la banda sonora, especialmente los temas individuales. Ya los niveles y cinemáticas tienen buena música, pero poner una canción a cada personaje que escala dinámicamente con que tan bien juegas? Eso es ya anclarse como un absoluto ejemplo a seguir.
En general ahora se criticaba algún fallo, pero la pregunta es, ¿Cuáles fallos?
Devil May Cry 5 sabe exactamente lo que es. Un cóctel de pura euforia que vale cada centavo.
Es calidad de principio a fin, y eso que ni siquiera se mencionaron cientos cosas para evitar spoilers. Realmente no hay palabras para describir lo bueno que es. Hacete un favor y compralo.
