Antes de Strive o XRD, Guilty Gear era otra cosa.
Guilty Gear Strive probablemente introdujo más gente a la serie que su decena de juegos anteriores. El comercialmente exitoso juego de lucha aún está lanzando personajes en su segundo pase de temporada y ansia competir en torneos por los próximos años activos.
Esto sorprenderá a los que le echen una mirada a títulos anteriores, porque son todos un dardo a la pared.
La cuarta entrada principal de la serie, el extrañamente llamado Guilty Gear 2, no era un juego de lucha, sino un MOBA con elementos RTS, solo unos años después del mod Dota original para Warcraft 3. Fue una exclusiva de Xbox 360 durante mucho tiempo. Y para hacer más ridículo, fue el último juego de Guilty Gear lanzado en una consola Xbox hasta 2023.
La decisión de ser un género diferente en comparación con sus predecesores probablemente se debió a que Arc System Works perdió los derechos de todos los personajes jugables introducidos en Guilty Gear X y XX, con BlazBlue convirtiéndose en su reemplazo, ya que la mayoría de los personajes tienen listas de movimientos muy similares a los personajes GG.
El modo de campaña sigue principalmente a Sol y Sin, siguiendo los eventos de Guilty Gear XX, después de que Gear Maker se burlara de que se avecinaba una guerra. A pesar de poder recuperar personajes del juego original, los únicos personajes jugables que regresan son Sol, Ky y Raven (anteriormente un NPC), con Gear Maker y “the Maiden of the Grove” (Dizzy) no jugables.
Hay tres nuevos personajes jugables fuera de Sin, que son Izuna, Dr. Paradigm y Valentine, el favorito del grupo y se usa como configuración para la próxima entrada, Xrd.
A pesar de ser principalmente un MOBA de acción, aún puedes construir y comandar unidades como los juegos RTS, con ocho unidades únicas para cada uno de los cinco ejércitos.
El objetivo es destruir la base enemiga por cualquier medio que sea necesario, para lo cual te ayudan tus unidades que se construyen usando el maná obtenido a través de los puntos de captura a lo largo del mapa. También puedes ayudar a tus unidades en la lucha, pero también el enemigo, y es probable que los dos jugadores se encuentren en los partidos. Aquí es donde la jugabilidad es un poco más cercana a Guilty Gear con partidas 1v1, aunque en 3D y mucho más torpe.
Aunque las cancelaciones romanas no existen, los movimientos especiales ahora requieren el uso del medidor de tensión y los súper requieren la barra completa. Incluso puedes hacer malabarismos con los enemigos para hacer combos, pero no practiqué eso a diferencia de lo que hago con los juegos de lucha.
Casi todas las misiones de la campaña que no cuentan con el modo de juego MOBA son muy decepcionantes. Tienden a ser jefes, oleadas de enemigos o trucos ridículos, cómo encontrar ubicaciones en un mapa a través de pistas vagas. Una pena ya que al acostumbrarse, las mecánicas pueden ser suficientemente divertidas de dominar, y consigue ser un desafío y espectáculo sólido.
La versión para PC no es muy buena, ya que está bloqueada en 1280×720, no tiene opciones gráficas e incluso presenta algunos problemas, como líneas en japonés que se reproducen en la misión final mientras se selecciona el inglés. La actuación de voz también es muy pobre en inglés, las líneas de Sin y Valentine en particular, ya que la mayoría del elenco, incluidas las unidades, no recibió el pago suficiente como para molestarse.
A menudo sale muy barato a la venta en Steam, y dado que la campaña es corta y en línea está casi inactiva, está bien por ese precio como una extraña curiosidad.
Juegos tan experimentales o radicalmente divergentes son joyas raras en el mundo de hoy, y si Strive ya alimenta el interés de un juego de lucha, este quasi-spin-off es una notable curiosidad.