Half Life 2 – Es más seguro aquí.

Clase maestra en diseño y un viaje inolvidable por las ruinas de una civilización conquistada.

En Valve, Half Life 2 presentó ser años de desarrollo arduo para perfeccionar su anticipada secuela a un ya reconocido clásico. Tener el estrés del hype, o que un alemán te robe el código incompleto (algo que atrasó sin duda el desarrollo), naturalmente se esperaba decepción. Y aun así, años más tarde se sigue hablando de este juego como uno de los más grandes

Veinte años después de un desastre científico que provocó la invasión alienígena de la Combine, Gordon Freeman “aparece” en Ciudad 17, el centro de operaciones. Rodeado de protección civil, rebeldes y viejos amigos de Black Mesa, se dispone su camino a voltear la administración dictatorial de los invasores. A todo esto, hay cosas detrás de escena que parecen guiar su paso a paso.

De forma directa sigue siendo un shooter en primera persona, con algunas armas nuevas y otras reemplazando el arsenal. El combate en general es contra enemigos humanos de la Combine, los cuales son capaces de emboscar y usar estrategias cortas. Otros enemigos son directamente de otro mundo, con sus propias formas de comportarse y nivel de hostilidad. 

Regresa la icónica palanca y la escopeta pero hay nuevas armas como un subfusil alienígena, y más importante, la pistola de gravedad. Buscando explotar la simulación de físicas, este aparato nos deja arrojar o tirar cosas por todo el entorno, dando a los escenarios una sensación de autenticidad inigualable. A pesar de haber salido hace casi 20 años, el juego envejece como un vino.

Y de ahí sale la verdadera razón por la cual Half Life 2 sigue siendo tan recordado.  Toma rienda de la idea de un viaje lineal, interrumpido solo por pantallas de carga, pero notablemente se esfuerza para nunca repetirse. Cada nivel es íntegramente único en color, tono, mecánicas o contenido, siempre variando y nunca cambiando el formato de juego. Además, la icónica banda sonora es corta y solo se usa en momentos importantes, haciendo que su presencia marque más el impacto de la escena.

 Un buen ejemplo es la introducción a la ciudad, donde naturalmente se explora la civilización oprimida y en carne propia se ve al invasor. Escapando de la cuarentena, se nos introducen enemigos a la distancia para que los observemos y de a poco se enseña a combatirlos, todo a una música lenta y siniestra. Quizá un rompecabezas necesite activar algo, un cable nos guía sin decir nada, o unos ladrillos están cerca de un evidente ascensor.

El diseño del juego es un rotundo diez, y un ejemplo excelente de cómo enseñar cosas complejas usando solo el lenguaje de la jugabilidad.

Probablemente el mayor momento del juego es el aclamado Ravenholm, un pueblo plagado de zombies que usamos de atajo. Con solo un sacerdote enloquecido de aliado, cruzamos todo un terreno hostil con un profundo aura de horror, complementado con un tinte de humor negro. Es por que además, nos acaban de dar la dicha pistola de gravedad, y no hay mejor práctica que una sierra metálica y el torso de los zombies.

Half Life 2 es un tanto sobre largo, con algunos puntos cuestionables como los vehículos o la inteligencia enemiga. Pero donde da en el clavo, brilla y reluce, y aun es un titulo que ofrece mucho probándolo por primera vez o jugándolo por séptima vez.

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