Hitman III – Codigo de Barras

El final a una expansiva trilogía, plagada de contenido y prácticas cuestionables.

Cuando IO Interactive publicó una carta anunciando una nueva entrega a la adorada Hitman a mediados de 2014, había un notable pesimismo. La última entrega, Absolution, fue un éxito considerable en ventas, pero recibió fuertes críticas de los fans.
Además, cada vez que se hablaba de los cambios que traian a el juego solo provocaban mas preocupacion a las espectativas. No solo modelaban el lanzamiento con un modelo episódico, metieron un sistema siempre-online para acceder al contenido. Nadie le gusta que un juego fracase, pero tenia banderas rojas a la vista.

Y aun así, terminó salvando la franquicia. No vendio lo suficiente a pesar de eso, asi que IO partio de Square Enix y se alio a Warner Brothers para la parte dos. Y una vez mas no hizo tanto dinero, asi que para la tercera parte lanzaron ellos mismos el juego.

Años más tarde, por fin se finalizó la “trilogía”, disponible en todos los servicios y con un modo roguelike en camino. Es la experiencia definitiva de la saga, con casi todo el contenido disponible entre temporadas (excluyendo DLC) en un solo paquete tanto digital como en Gamepass.

La trama circula alrededor del legendario asesino a sueldo 47, cuya agencia se ve metida en medio de una guerra escondida contra una sociedad secreta. Cuando llega la hora de afrontar al manipulador, antiguas alianzas salen a la luz, junto a el origen del icono calvo.

En lo que respecta el juego en sí, estamos con el más desarrollado y abierto título de toda la saga. 47 tiene a su disposición de forma eventual un arsenal gigantesco y un centenar de opciones en cada mapa para poder eliminar a sus blancos.

En general, cada locación tiene al menos tres “historias” que dan acceso a algún elemento vital o permiten tener un asesinato limpio, explotando un defecto de los personajes o aprovechando una situacion extraña. Estas pueden ser útiles para ayudar a novatos a darse una idea de cómo funciona cada nivel o las mecánicas base del juego, además de ser siempre útiles para completar la misión. 

Igual si uno no quiere ser guiado, es perfectamente viable usar solo el diálogo de los NPC para saber qué hacer, y evitar tener elementos que ayuden a explorar, soltando la mano totalmente. Cada nivel está lleno de cosas para ver, formas de interactuar o pequeños secretos a descubrir. Completando desafíos se completa “maestría”, desbloqueando nuevos objetos, formas de arrancar la misión o puntos de contrabando para planificar mejor. 

Una vez más retorna el clásico sistema de sigilo social, permitiendo a 47 disfrazarse de otros NPC y mezclarse entre ellos. Esta clásica mecánica fue rediseñada con el sistema de reforzadores, que reconocen a 47 como un impostor e intentarán cuestionarse si le sospechan. 

En total, sumando las misiones de Hitman 1 y 2, hay un total de 16 misiones con suficiente contenido para que dure por horas y horas. En lo que refiere a que tenga duración y cosas a completar para rato, pocos se acercan a sus talones. 

A pesar de ser la entrega definitiva a la saga, no quita que tiene muchas prácticas cuestionables que deterioran la experiencia. Además de necesitar siempre estar online como se mencionó, las múltiples ediciones disponibles, precio total y DLC mediocre lo ponen en barro. 

Una lastima que IO Interactive no sepa vender lo que es sin duda uno de los mejores juegos de la última década en pura escala y complejidad.

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