Extraño, hipnótico, experimental y divisivo juego de acción que el tiempo le hace mas único.
Kane & Lynch es una duología extraña en retrospectiva.
El primero es un mediocre juego lleno de buenas ideas, con pobre ejecución y problemas de jugabilidad. Probablemente se lo conoce más por la controversia que involucró a GameSpot, echando a un reportero por darle una media nota. No sería tan escandaloso si Eidos no hubiese llenado el sitio con publicidad.
La recepción tan fría no alentaría mucho hacer una secuela, pero esto no pareció desalentar a los desarrolladores, que con el tiempo prepararon otra entrega. De aquí paso a tibieza a total desagrado, con una mixta respuesta y muchas, severas críticas a la duración, visuales e historia.
De a poco, con rebajas y el tiempo, Dog Days empezó a recibir una lenta reconsideración, con algunos considerándolo una especie de joya menospreciada.
¿Pero es así, realmente?
La historia, simplona y directa, sitúa a los titulares Kane y Lynch, atrapados en China tras meterse con la persona inadecuada, que está dispuesta a tirarles un escuadrón entero para matarlos mientras tratan de huir a toda costa. Ese es, realmente, el mejor resumen de lo que pasa.
Donde empieza a ser interesante el planteo es en lo que involucra temáticamente y en su contexto. Siendo dos hombres que caminan por un infierno, toda la presentación gira en torno a esta horripilante situación, desde lo visual a lo auditivo.
El mayor punto estético es que todo el juego esta siendo “filmado” por una terrible camarita, que encandila, corrompe el audio y hasta marea la imagen. El audio es alto, intenso, y toda la música es más digna de un juego de terror. Empeorando las cosas, el ritmo es frenético, casi agotador, con muy pocos momentos de calma y paz en un mar de hostilidad y brutal abundancia de sensaciones.
Es realmente respetable como tomaron el concepto de “huyen por sus vidas” y crearon una obra tan arriesgada, nihilista y casi desgarradora. Lastima que eso no es suficiente para perdonar los grandes problemas que si oculta el juego.
Desde la base, es un juego de disparos en tercera persona con cobertura, algunas interacciones, escenarios definidos y alguna que otra interacción. Se puede jugar con un compañero online, y tiene una duración de cuatro horas en total. Hay poco de qué hablar, esto siempre fue el mayor punto de contención contra el título- su poca y nula variedad.
Fuera de lo estético o temático, Dog Days es increíblemente mediocre en sí, y ponerle filtros de grabadora digital no oculta eso mucho tiempo.
Aparte de nuevo, dura unas tres o cuatro horas. Eso sí, considerando el asalto a los sentidos, probablemente sea algo positivo para muchos. Si realmente se quiere más de lo mismo, está el multijugador, que tiene algunos modos interesantes y sigue la filosofía del juego. Por ejemplo, uno de los modos involucra un atraco, con un policía encubierto entre el equipo.
Es un multijugador que ya nadie le importa, así que para eso hay que coordinar con amigos. Algo dudoso ya que a pesar del valor que tiene Dog Days artísticamente, es más una curiosidad morbosa que algo realmente disfrutable.
