Los juegos de licencia nunca tuvieron la mejor reputación, siendo considerados publicidades para una marca o película. Siempre hubo excepciones, como Escape from Butcher Bay o Battle for Bikini Bottom. ¿Juegos de marcas de juguetes? Imposible, suena a desastre barato.
Y aun así, hay gente que cree que Dios podría crear un juego propio y no serían igual de buenos que los juegos de LucasArts de Lego.
Star Wars fue la primera colaboración, usando de base las precuelas. En una serie de niveles, recrean escenas de las películas, plagado de rompecabezas y fichas coleccionables. Se alienta a rejugar los niveles con zonas sólo accesibles por algunos personajes y secretos escondidos en modo libre. Y hay hasta un editor de personajes para llenar el paquete con suficiente contenido para disfrutar.
El éxito de esta fórmula aseguró que eventualmente, la trilogía de Indiana Jones recibiera el mismo tratamiento.
La campaña recrea El Arca Perdida, Templo de la Perdición y La Última Cruzada con siete niveles cada uno, siendo un poco libre con el formato. Por ejemplo, la introducción a Marion en los Alpes es mas larga y se explora una caverna con su pueblo cercano.
En general, cada nivel sigue el mismo formato de rompecabezas con objetos, armar estructuras con Legos y desafíos de plataformas. El combate es notablemente simple pero recrea efectivamente las escaramuzas de las películas, dejando usar sillas, el látigo o los puños a hostia limpia.
Notables añadidos son las fobias a animales, que evitan a algunos personajes avanzar debido a sus miedos en algunas zonas, y rompecabezas que involucran acertijos mediante un simple simón-dice.
Lo bueno es que no hay penalidad por morir. Salvo perder las “monedas” (que solo sirven para comprar nuevos personajes), uno puede morir, fracasar y caer al abismo sin ninguna repercusión negativa. Sumándole el tono tildando a parodia y sanitización de las escenas más inadecuadas, lo que resulta de Lego Indiana es un juego “para toda la familia”.
No solo la más temprana edad es el público, sino que un chico como su padre puede tomar el mando y pasarla bien.
Realmente, no hace falta memorias lindas de pisar un Lego con el pie, o que sienta nostalgia por la música de Williams. Lego Indiana tiene un aura de diversión y inocencia innegable, al cual es difícil de no tenerle cariño en las horas que toma pasarlo solo o en cooperativo.
Ah y podés tirar a Shortround por un precipicio tantas veces como quieras.