La joya de Remedy Entertainment, combinando los valores de John Woo y Fritz Lang para lograr un clásico.
Cuando un desarrollador de tecnología 3D en Finlandia se pasa mucho tiempo mirando noir y acción de Hong Kong, generalmente está perdiendo el tiempo. Para Remedy, cinco años de sudor y poner en un solo título todas sus inspiraciones trajo el inigualable Max Payne.
El titular Max tiene el sueño americano en la palma de su mano. Un trabajo en la NYPD, una esposa, hija recién nacida y casa propia. Todo perdido tras un asalto en manos de delincuentes, bajo la influencia de una droga de diseño llamada V.
Pasan tres años sufriendo por su pérdida, una oportunidad de encontrar que ocurrió llega a Max, que aun investiga el caso. Tras hacerse fugitivo, decide realizar justicia por mano propia, acabando con todo el que se ponga en paso para descubrir el origen de la droga.
Max Payne es reconocido como uno de los mayores innovadores de su año, en particular por mejorar la forma de moverse y disparar en un shooter de tercera persona. Moverse, saltar con agilidad y la puntería se sienten como algo que salió hace poco, la fluidez y precisión es notable desde el inicio. El elemento que lo destino a la fama es introducir bullet time a los videojuegos, tomado del cine Hong Kong como Hard Boiled.
Usando sus excelentes reflejos, Max puede saltar a cualquier dirección (o moverse libremente) con el tiempo reducido, pero permitiendo apuntar sin perder control. Usar este recurso con equilibrio, especialmente en las dificultades altas, es una cuestión de vida o muerte. Hay pocos botiquines con calmantes en cada nivel, así que a no re buscarlas.
Fuera de poco de plataforma, gran parte de la experiencia es puramente disparar, buscar las pistas del entorno y avanzar la trama.
Ya tenemos un buen juego, pero a Max Payne se lo recuerda no solo por su desafío, sino por su impecable atmósfera y narración.
En las calles de Nueva York hay una feroz tormenta, y el audio que genera es lúgubre, solitario, con la música solo acentuando esa tonada. En vez de cinemáticas, todo el progreso de la trama usa una novela gráfica, que nos permite tener mejor expresión de lo que pasa y disfrutar más el excelente guión y actuación de voz, con James McCaffrey robándose el espectáculo.
Combinando la inspiración de cine negro con acción desenfrenada y un particular sentido del humor deja una obra llena de carisma y fácil de amar. Instantáneamente reconocible e repleta de momentos memorables, toda la experiencia irriada pasion de los creadores..
No quita que la edad le paso un poco de jugada. Hay que configurar teclas separadas para “saltar” y activar bullet time, y la versión de PC requiere un parche para funcionar. Pequeña molestia en lo que de otra forma es un fundamental que aun vale la pena revisitar.
Como el buen Max diría, “Estoy en un videojuego, y es lo peor que podría imaginar“.