Metal Gear Solid 2 : Evitamos ahogarnos

Posiblemente lo mejor de la franquicia, tanto controvertido como venerado.

Metal Gear Solid 2 : Sons Of Liberty fue en 2001 un cataclismo. Uno de “los” juegos que hacían a la PlayStation 2 una consola a comprar, anticipado debido al éxito de su anterior entrega. Decenas de videos en conferencias que lo vendían como un ejemplar del progreso técnico y jugable de una nueva generación. Hideo Kojima, ahora una estrella global de la industria, tenia a cientos en la mira.

La historia inicia controlando a un joven agente, Raiden, que se infiltra en una base petrolífera. ¿Su objetivo? A orden de una organización desconocida, rescatar al presidente y frenar un secuestro terrorista .  Aliado a un misterioso “Pliskin” y su comandante por radio, hay que escabullirse y contrarrestar los esfuerzos mercenarios en la planta para salvar el día.

Igual, ya es seguro que esa introducción no engañe a nadie. A pesar de la actual aclamación, Sons of Liberty fue duramente divisor en su lanzamiento por “matar” al legendario protagonista Solid Snake en el prólogo. Defraudados por no controlar a la estrella original, tocaba pasar la historia como un casi adolescente que se entrenó militarmente con realidad virtual. 

De todas formas, el agresivo choque no es una sorpresa barata, y la narrativa continúa expandiendo a tal punto que pasa de ser sobre bombas a conceptos más filosóficos como la libertad o la información.  A partir de la segunda mitad, hay un lento pero conciso descenso en una meta narrativa cada vez más intrigante y desarrollada, que eleva a esta secuela de un buen juego a uno brillante.

Bueno, una gran historia va bien, pero también no sirve de nada no tener algo que interactuar. De suerte, estamos con un título de sigilo/acción que tiene un poco de sentido tosco pero aún mantiene firme el disfrute.

Escabullirse por Big Shell requiere tanto prestar atención como ser precavido, buscar rutas alternativas y saber cuando tomar una defensiva. A pesar de haber salido hace casi veinte años, el juego aún se ve bastante bien y tiene un alto nivel de detalle e interacción para experimentar y elegir cómo progresar.

Ser un fantasma costará muchos recursos, tiempo y paciencia, pero evita confrontaciones innecesarias, haciendo más fácil lograr los objetivos. De la misma moneda la agresividad hace todo más directo pero terminaremos con toda la base en alerta roja.

Mezclar uso de objetos, improvisar y probar soluciones termina siendo gran parte de la diversión, más con los guardias siendo tan fáciles de explotar para tenderles una trampa. Ni hablar de los jefes terroristas, que son la gran mayoría de los mejores momentos del juego, todos encariñados de puro carisma y todos con una buena pelea en frente.

Mención obligatoria a la memorable banda sonora de Harry Gregson-Williams, que combina a la perfección música clásica con un toque de sintetizador y jazz.

Recientemente se hizo más fácil que nunca poder jugar legalmente el título con un lanzamiento en GOG para PC. Sin embargo para la mejor experiencia es recomendable usar V’s Fix en PC, una serie de parches fáciles de implementar que aseguran funcionamiento y permiten usar controladores. Link aquí.

La relevancia de Metal Gear Solid 2 aun se debaten entre comunidades online, y la saga permanece en la conciencia colectiva de muchos. Se dice que “cuanto mas tiempo pasa, mas razón tiene”, y se lo considera profético al nivel de su primo post-modernista cyberpunk Deus Ex. A pesar de salir en 2001, sus comentarios sobre la información falsa y burbujas sociales son cada día mas acertados.

Eso es probablemente uno de sus mejores aspectos a la larga. Siempre será relevante al mundo moderno, y siempre será un excelente juego que se puede recomendar con entusiasmo.

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