Nightmare of Decay – Casa Supramaligna

Indie de horror demasiado bueno para lo que vale.

En 2017, el mundo vio algo que parecía inesperado. ¿Un Resident Evil que no era rebuscado? ¿Solo casas, monstruos y rompecabezas? Imposible, pero si, ese evento fue un giro para hacer algo fresco con la ya cansada franquicia.
En su imperfección, era un survival horror como dios mandaba, pero un elemento vital fue alterado en esta entrega: la perspectiva.

Fuera de cámaras fijas o tercera persona, la perspectiva en primera persona dio un cambio radical a la experiencia. Aparte de obviamente hacerlo un poco más como un shooter, le dio un grado extra de intimidad al horror. Esto en cierta forma, revela algo que hace tiempo hacía falta en los juegos del género – poder defenderte.

Nightmare of Decay claramente se inspira en esto, y es un pequeño tributo más a la vieja escuela, con un fuerte énfasis en los tropos. Obviamente, la historia nos pone en los pies de un joven que está atrapado en una pesadilla, con la promesa de escapar si supera superar toda la mansión.

Así, se adentra en el enorme calabazo, lleno de rompecabezas, zombies y enemigos varios dispuestos a evitar el escape.

A pesar de controlarse en primera persona, una mezcla de la velocidad lenta y resistencia de los enemigos hace muy peligroso cada movimiento por el entorno. Como buen survival horror, muchos de los rompecabezas requieren ir de un lado al otro, teniendo que sortear los monstruos en medio.

Lo ideal es directamente esquivarlos, pero el diseño de niveles alienta a sacarlos de encima. En consecuencia, varias armas se van encontrando para poder enfrentar a los enemigos, desde una pistola a un brutal revólver. Con una cantidad de munición muy ajustada, disciplina y buen manejo de los recursos es esencial para sobrevivir.

De a poco la mansión se abre y expande, avanzando la historia y elevando el desafío de a poco.
Al mismo ritmo, se añaden nuevos enemigos al pelotón, algunos siendo un claro homenaje a otro juego o subcultura, con los cultistas de Blood siendo los más obvios. Hay también algunos momentos y segmentos que claramente son un homenaje a alguna película además, y notablemente no todas son de terror.

Vale la pena mencionar el estilo visual, que captura perfectamente el estilo de la Playstation original. Las texturas y modelos son lo suficientemente anticuadas para vender esa ilusión, y algunos de los entornos están muy bien realizados.

Una vez terminado el juego, que lleva como dos horas, se desbloquea como extra un modo horda y dungeon, con desbloqueables incluidos. El dungeon en particular es un añadido interesante, creando dinámicamente un mapa y con puntos para comprar equipo.

Considerando el precio modesto, es un regalo considerando la pasión que hay detrás.

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