Simulador de aduana totalitaria con una amarga trama, desafío atrapante y una cortina de humor negro.
“Siguiente” dice el parlante. Se acerca un solicitante. Es local, viene a trabajar cinco meses, presentando la documentación necesaria. La documentación es correcta, el número está bien, la fecha está bien y todo parece estar en orden.
Excepto, el documento tiene una vocal que discrepa con el permiso de entrada. Se toman huellas dactilares, que no reconocen a este supuesto alias, provocando un arresto instantáneo. El hombre se resiste, pero los guardias se lo llevan al edificio sin mucho problema. Tras una pequeña pausa, se acerca otro solicitante.
Lucas Pope, ex-desarrollador en Naughty Dog, es un autor con una extraña obsesión por el papeleo y su utilidad para contar una historia. Esto le llevó a hacer The Republia Times, donde un diario afecta el curso de una nación, y luego Papers Please, donde los documentos determinan una vida.
En Arstotzka, nación bajo un régimen totalitario, se nos selecciona como el encargado de la única aduana de la zona, donde examinamos documentación a inmigrantes. Se revisa si está vigente, si tiene los nombres bien, si todo sigue la regla al pie de la letra. Al final, toca la simple pregunta de un sello rojo o verde.
A disposición para analizar tenemos una herramienta que detecta discrepancias, dejándonos interrogar a los sujetos. Con el paso de los días, las reglas endurecen, y nos añaden a la cabina un escáner, sellos para justificar rechazos y algunos más. Una libreta con toda la información regional y reglamentar es usualmente lo único necesario, pero a veces el diálogo solo puede inculpar a un entrante.
Es en general una simple decisión, hasta que te ruegan piedad. Que ese contrabando es medicina y que aceptes un soborno. Quizá ni siquiera es que los papeles estén mal, ocurre que el sujeto está en la lista de buscados por la policía.
Papers Please se define por este ángulo de constantes decisiones con cuestiones morales sin una verdadera respuesta correcta.
¿Dejamos pasar a una pareja que no tiene los papeles en orden por misericordia? ¿Detenemos a tantos como podamos solo por los pagos extra? ¿Nos arriesgamos a poner en riesgo a nuestra familia por un soborno proveniente de una organización antigubernamental?
No hay realmente una respuesta honesta a estas preguntas. Con el paso del tiempo, la burocracia te gana, se hace uno frío y autónomo, y al final son solo documentos y caras. La verdadera magia de Papers Please es como uno se hace parte de todo tipo de historias, y todo se resuelve con una última pregunta- ¿pasa, o no? . O quizá ni siquiera te importa y ya eres una parte mas de esta fría maquina de burocracia.
Dependiendo de elecciones a lo largo del juego, hay hasta veinte finales y un modo infinito para probar cuánto tiempo sobrevive la catarata de inmigrantes. Un juego único, con mucho para pensar, y un desafío distintivo.
Gloria a Arstotzka.