Extravagante, polémico, incunable, pérdida de tiempo y un esencial.
En casi cualquier lista de juegos polémicos, un recurrente casi obligatorio es Postal 2. La mayoría lo describe como un crudo, satírico y desagradable semi mundo abierto, donde el mal gusto reina.
Y si, es innegable cuando la letra R permite ir al baño en cualquier lugar, y la misma permite apagar un fuego estratégicamente. Es curioso cómo a pesar de todo esto, Postal 2 de alguna forma es aún un interesante “experimento”, y una gema semi escondida debajo de su carácter.
Situado en la irónicamente llamada Paradise, Arizona, Postal 2 es un juego en primera persona que se enfoca en exploración, objetivos mundanos y gente sacada de quicio. Todas las mañanas, el “Dude” recibe de su molesta esposa una serie de tareas simplonas, como conseguir leche o confesar en la Iglesia.
Todas y cada una de sus actividades pueden resolverse como un ciudadano digno, pagando como corresponde, soportando filas y tragándose paciencia.
O no. Las cosas pueden salir extremadamente mal.
Postal 2 en general, es tan violento como la persona en su control. Y la enorme libertad de improvisar solo permite hacer lo que se le dé la real gana.
¿Mucha fila en el banco? Podrías esperar como hombre de bien, o asaltar la bóveda por el dinero. Pero si esperas, efectivamente un asalto al banco ahora da la oportunidad de probarlo igual entre el caos.
Más sistemas añaden a la complejidad del mundo abierto. Por ejemplo, cada vez que el Dude enoja suficiente a una facción, será añadido al mapa como un “enemigo” al cual hay que evitar para eludir pleitos. Al mismo tiempo, la policía va a defendernos si nos ven siendo atacados, y permiten esta legítima defensa. En muchas formas, el juego tiene varios pequeños detalles que se aprecian al prestar atención.
Con un enorme arsenal a disposición y varios secretos, la exploración de Paradise recompensa a los curiosos. Estos van de recibir algunas armas antes de lo esperado, a complejos huevos de pascua desorbitados. A pesar de la cruda apariencia, hay una competencia en su diseño que resalta sobre lo desagradable.
Y a pesar de ser desagradable, es aún algo entretenido, en especial como cápsula temporal. La paranoia post-11S, la cultura anti-videojuegos, brutalidad policial, estereotipos, es como una ventana a 2003, salvo sin redención posible. Y si realmente ofende esta parodia, pues los desarrolladores son NPCs que se pueden matar.
La franquicia tuvo años turbulentos con su tercera entrega terminando con catastróficos resultados tras la crisis de 2008.
Running With Scissors usó un excelente DLC, Paradise Lost, como una disculpa por trabajar con rusos y ganarse de a poco el apoyo de sus leales defraudados. Y además, la versión actual del juego en GOG y Steam está super actualizada y con muchas mejoras, añadidos y contenido nuevo.
Se encuentra siempre a un precio baratisimo, por lo que la única razón para no probarlo es por que realmente no tiene buen gusto (y sus crashes). Por lo menos, una verdadera secuela, No Regerts, esta casi terminada.
