Viaje al subconsiente dentro de un “boomer shooter”
En una era donde los géneros no estaban algo definidos, curiosas categorizaciones aparecían de boca en boca, ya que de alguna forma había que catalogar lanzamientos. Allá por los 90 ‘s, si había un arma y unos monstruos enfrente, los juegos eran “clones de Doom”, marcando una clara biblia de diseño. El tiempo los llamó “FPS”, pero la clase de juego que eran también fue evolucionando- no tanto buscar llaves de colores, y más usar cobertura y dos armas simultáneas.
La última década de a poco comenzó a buscar retornar a las raíces, con desarrolladores intentando recapturar esa magia simple que inició el género, pero con toques de la evolución. Estos juegos son cariñosamente apodados “boomer shooters” y van de los triple A a los más humildes independientes.
Uno de ellos es Postal Brain Damaged.
Postal para los nuevos es una serie de juegos de acción, pasando de un shooter isometrico, a primera persona enfocado en exploración y misiones y mal sentido del humor.
Considerado un spin-off de la saga de culto, nos pone en la pesadilla sin fin del protagonista Dude, con este solo buscan descansar siendo la única línea histórica que mantiene atado los quince niveles.
La campaña pasa por diversas vistas y escenarios, siempre variando y con un tono distinto. Los diseñadores realmente saben aprovechar el concepto para ir de un concepto a otro sin parar, con una estructura que se remoldea y mantiene fresca. Uno pasa de la frontera con México a un centro comercial, y de un manicomio al bosque maldito, y nunca se siente inesperado.
Ayuda que esta lógica es consistente con todos los elementos del juego, como las armas. Todas toman un concepto visto, como un fusil y lanzagranadas, pero son sujetados para ser algo radicalmente único. Por ejemplo, dicho fusil tira una granada temporal, que congela dentro de un radio a todo lo que lo toque.
Está el lanzacohetes común, pero hay uno alterno que arroja gatos. Si, hay armas más regulares y menos inspiradas, como la escopeta y gancho salidos de Doom Eternal, pero cómo funcionan y se sienten bien, uno lo perdona.
Se lleva la misma mentalidad a los enemigos. Algunos son bestias freudianas, otros extraños mutantes, unos meros alienígenas o criaturas salidas de la nada. No importa, cada uno es distinto, funciona de otra forma y mantiene la presión, forzando una estrategia individual.
Quizá el mayor punto en contra es su sentido del humor. Postal adora el humor sucio, los chistes anticuados y mal gusto. Eso igual habla de la calidad como shooter, si lo único que se le puede criticar es su tono de humor subjetivo.
Todo se combina para crear una campaña extensa que nunca para de diversificar y añadir más a la base. Para un título que puede sonar como un chiste o dinero fácil, es una enorme catarata de ideas, bien puestas en la mesa, y que sabe aprovechar los conceptos para crear una divertida y creativa experiencia.