Remake de un shooter isométrico de culto, una ventana a una era más indecente.
Running With Scissors es hoy conocida por su actitud independiente y lealtad a su comunidad, que por años mantuvieron al estudio a flote con solo unos pocos lanzamientos. Postal 2 es al fin y al cabo un título de culto, y todas las ofensas que puede ocasionar y sus defectos técnicos son olvidadas por el carisma y exploración.
A pesar de la edad, es aun un juego muy divertido, con una memorable serie de misiones no lineales y tono tirando a la comedia y sátira.
Postal 1 no era así, y hasta sorprende la diferencia.
POSTAL, de 1997, era un juego de disparos isométrico, que involucra un solo hombre contra todo un pueblito. Se eliminan a una cierta cantidad de hostiles en niveles conectados por una trama inexistente, con civiles siendo completamente opcionales.
Con el transcurso del juego, se añaden nuevas armas, y eventualmente tanto el diseño de niveles como variedad de enemigos ofrece un desafío decente y variado.
No hay mucho de qué hablar del título como juego en sí. Es un decente, medianamente entretenido tiempo que quizá puede hacerse algo simple. Algunos de sus niveles cambian la perspectiva para variar, y aprovechan al máximo los escenarios pre-dibujados.
Este juego no es como su secuela, que es un gran provocador que esconde una joyita debajo de sus chistes crudos y humor negro. Esta experiencia es casi un juego de horror psicológico, mascarada detrás de una línea fina entre su temática y jugabilidad.
Las pantallas de carga son imágenes horripilantes, y la música es agresiva, siniestra e experimental. El mundo alrededor de una atmósfera tétrica, solitaria, casi ya muerta.
Totalmente nihilista con tintes de qué ocurre algún estrato social o hasta un demonio desconocido provocando la masacre en manos del protagonista. Realmente captura una atmosfera de terror que es dificil de describir.
Redux es un remake qué busca de forma fiel recrear todos los niveles originales, y añadir unos más al total. Le suma un multijugador, un cooperativo y el modo arcade para un poco de jugo extra. La experiencia central está preservada, con el arte recreado desde el original, pero se añaden pequeñas mejoras a los controles y armas.
Primero, moverse es mucho más fluido y manejable, con la puntería ahora funcionando como un isométrico moderno. Notablemente hay algunas armas nuevas y cambios a su funcionamiento, dando un poco más de razones para usarlas fuera de munición disponible.
En general, Postal se gana sabiendo usar el entorno para escabullirse, por lo que saber adaptarse a la situación y priorizar los enemigos es el secreto para la victoria.
Como en el original, se pasa al siguiente nivel tras matar cierto porcentaje de enemigos, pero también se debe caminar a la salida del nivel. También se cambian algunos posicionamientos y balancea la dificultad en los últimos niveles.
Son pequeños toques que modernizan la base sin olvidarse de lo que buscaba hace dos décadas: crear un juego incómodo, siniestro e inquietante, pero aún así entretenido y con una decente cantidad de contenido. Uno que incluso con inspirados como Hatred, es imbatible.