Resident Evil es de las franquicias más importantes que se mencionan. De ser el primer survival horror moderno, a prácticamente ser el salto de juegos de acción, pocos son igualmente reconocibles.
En Resident Evil 4, se toma control de Leon S. Kennedy, enviado a una rara mezcla de villas eslavas donde todos hablan con acento mexicano y compras armas usando pesetas para rescatar a la hija del presidente estadounidense, Ashley, la cual un culto maligno planea infectarla con un virus. Y como Leon es muy vivo para negociar respetuosamente, vamos a pegar unos tiros.
Desde el arranque se puede notar que el control es curiosamente lento al apuntar y moverse implica no poder atacar. Por suerte durante los primeros dos niveles meramente peleas contra unos granjeros locales así que si hay suficiente tiempo para acostumbrarte a cómo funciona.
De a poco uno se acomoda y pasas de buscar dar en la cabeza a intentar pegar una patada grupal que los saca volando. Para cuando empiezas a comprar mejoras al simpático mercantil, el diseño de niveles sigue evolucionando y pone nuevos desafíos durante toda la campaña.
Puede pasar la idea de proteger a Ashley como un apretón a la paciencia. No asustes, tranquilamente se puede pedirle esconderse en un tacho de basura mientras reventas a balazos a cuarenta satánicos.
Sera un juego “exclusivo” para Gamecube, pero gráficamente se mantiene bien. Las versiones más actuales tienen formas de apuntar más “modernas” que probablemente serán mejores para quienes no tuvieron la oportunidad de disfrutarlo antes .
Como todo buen pionero de género, el titulo tiene sus basuritas. Cosas como meterte un Quick Time Event en medio de cinemáticas o un boss el cual no llegas a entender de primera. O sino te podes perfectamente quejar que manejar un inventario a cuadrados manualmente es un fuerte dolor.
De todas formas, sigue siendo el Resident Evil 4. Ser de los grandes ya es mérito, ser juegazo solo añade.