Retrospectiva -No robarías un auto…

Dedicamos este espacio una vez al mes a visitar momentos de la industria del videojuego, de eventos notables, o cosas que seguramente no van a dejar anotadas en los libros de historia por obvias razones.

Uno de los mayores puntos de discusión en toda la historia de la industria es la pirateria. Esencialmente, adquirir de una forma no legítima el producto. El debate casi siempre ha circulado en torno a la moralidad y ética de la práctica, pero ese no es realmente el punto de esta retrospectiva. 

Ya la pirateria algo prácticamente inmutable a esta altura. Es además inescapable, al menos estadísticamente hablando, todos alguna vez vieron una canción en Youtube en un canal no oficial. La pregunta es, ¿por qué? ¿Cómo se ha tratado de justificar y pelear la actividad? ¿Cual es el rol de un torrent en la industria?

Eso es ilegal, ¿sabes?

Como famosamente explicó Gabe Newell, “la pirateria es un problema de servicio”.
Esta expresión resume mucho el problema central, si no hay una vía legal, o esa vía es un tiro en el pie, el consumidor va a piratear.

En un origen, diversas formas de evitar que copias ilegales fueran usuales se incluyen en el propio manual. El ejemplo famoso, Secret of Monkey Island usaba una clásica ruleta de códigos con un carismático arte de los personajes para que versiones ilegales no fueran utilizables.
No eran medios perfectos para evitar a los piratas, pero los atrasaba, y tenia carisma.

Después vinieron métodos más agresivos, como el infame StarForce, que solo hacían dolor de cabeza a los que compraban una copia legítima. Y mas reciente, hasta hoy hay rumores de que el protector Denuvo afecta los discos duros y tiempos de carga.

Hoy en dia, la cosa es un poco mejor. Ademas de DRM opcional en PC, con GOG ofreciendo como plus que ni tiene, en general es bastante raro que haya formas tan brutales de controlar copias.

Formas y costumbres.

Por lo general, la pirateria viene bajando los archivos de forma online, o en los viejos tiempos, una consola modificada para leer discos falsos. Fuera del simple “no tengo el dinero”, muchas justificaciones aparecen con algo de legitimidad. Juegos que no están disponibles a la venta por diversas razones, como el Metro 2033 original o licenciados de James Bond. Juegos que en algunas regiones fueron censurados, o están directamente prohibidos como los Wolfenstein en Alemania o Postal 2 en Nueva Zelanda.

Algunos títulos son ya totalmente inaccesibles, por que la consola es demasiado vieja, el juego es limitado o comprar una copia es demasiado caro. La tecnologia ademas se rompe o no funciona del todo bien y los discos originales tambien se rayan, asi que no es una forma eterna de manetener acceso.
Si no hay acceso posible de forma legal, ¿como se supone que uno puede jugar entonces?

El largo camino para emular

La gran respuesta son los emuladores. En español, recrean una consola desde la base, y permiten que un solo sistema pueda permitir el lujo de acceder a un extenso catalogo.
En el principio del siglo, los desarrolladores del emulador Blem y VGS fueron llevados a juicio por Sony en reclamo por competición injusta y derechos de autor. Sony perdió ambos casos. Este veredicto sirve hasta hoy, junto a varios casos más, como uno de los principales argumentos a favor de la emulación de sistemas. Otros casos que involucran desde Atari a Nintendo solo validaron más las posturas.

La gran mayoría de emuladores logran mantener una línea gris requiriendo que el mismo usuario use sus propios BIOS de consola y los archivos originales. Algunos van más allá, y funcionan de por sí, habiendo logrado “recrear” la consola por completo. No quita que al final, adquirir los juegos en sí es otra historia.

Por lo menos, se ha logrado tener casi todas las consolas a un punto decente, logrando que se preserven juegos que de otra forma se perderian al abismo.

En teoría, hay para cada sistema diferentes instrucciones que permiten extraer los datos de los discos o cartuchos, y de ahí se insertan y corren en la máquina.
El problema cae en que no todos tienen el juego original, ni incluso los medios para extraer dichos archivos. Varias comunidades han creado repositorios para compensar, pero es básicamente una bomba de tiempo constante. 

Nintendo, el jefe final.

Nintendo viene de una era donde Atari mató la industria con el pobre control de calidad. Hoy esa paranoia se mantiene en su agresivo control sobre sus juegos. Persiguen desarolladores dedicados a emuladores, sitios que mantienen ROMS, modificaciones de fans y hasta videos en Youtube. Fuera de la música, eran infames por controlar contenido viral de sus juegos y liquidar creadores de contenido.

Esto es un miedo irracional, y solo empeora la situación que ya creó una necesidad para varios de que exista la pirateria. Muchas compañías tienden a no ser amables con estas comunidades, pero pocas son tan agresivas como Nintendo.

Encima cuando se considera el legado de sus consolas, es realmente un detrimento a la preservación de tantos clásicos. Más aún cuando sus propias tiendas carecen gran parte del catálogo, y la mini consola no tiene ni un puñado de juegos. Algún día, quizá, Nintendo se de cuenta que está en un ciclo sin fin, algo que muchos en la industria ya dejaron de hacer. Al final un poco les conviene mirar para el otro lado.

Un último dato, esa famosa publicidad anti-pirateria usaba música no autorizada.

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