The friends of Ringo Ishikawa – Los chicos del barrio

Juego orientado a reflexionar, involucrando pandillas y nihilismo.

En los días de la Dreamcast, Shenmue fue uno de los mayores saltos que se vieron en su momento. Su uso de un pueblillo que se puede explorar e interactuar como si fuera un lugar auténtico dejó una marca en varios diseñadores.
Fuera de un mundo abierto para usar para solo divertise, como en Grand Theft Auto, Shenmue lo toma como un lugar que se habita. Algunos de sus sucesores incluyen la franquicia Yakuza, pero varios juegos están claramente inspirados en su mentalidad para exponer un mini mundo abierto.
Uno de ellos es The friends of Ringo Ishikawa, desarrollado por un solo hombre. 

Ringo, el capitán de una pandilla callejera, está en sus últimos días antes de su graduación escolar. Esto deja abierto su camino a como pasar estos días, ya sea estudiando, estando con sus amigos, leyendo o moliendo a golpizas a grupos rivales.

Esto podría abrir una historia de diversos temas o cuestiones, pero Ringo no parece tener un foco. Llevando al extremo una filosofía casi nihilista y de aceptar el paso del tiempo, el juego carece de un “enfoque” y de explicar mucho.
Hay historias entre los personajes, diálogos opcionales y algunos momentos de introspección entre ellos. Algunos llegan a tener un arco y descubren algo de sí mismos, o sufren preguntas sobre su destino.

Pero no hay una “historia principal”.
El juego no tiene un objetivo, no explica mucho que hacer ni cómo hacerlo. Te suelta tras la introducción a decidir por ti mismo cómo afrontar esta etapa de su vida.

La principal actividad no-social es entrenar y estudiar. Ringo obtiene muchísimo dinero aprobando los exámenes, y entrenar diariamente otorga nuevos movimientos y más salud. El dinero sirve para comprar libros, comida (que ayuda a resistir más en combate), cigarrillos (que curan) o objetos de lujo como una TV. 

En lo que respecta a la pandilla, tras las clases se pueden reclutar para salir por el barrio a hacer cosas de pandilla. Es decir, jugar al pool, fumar por la calle, tomar una cerveza o provocar una riña contra otros muchachos.

El combate es increíblemente sucio, y alienta a jugarlo como tal. Se nota mucho la inspiración de diversos juegos de lucha como Streets of Rage, pero hay un poco de The Warriors en su espíritu. Tanto Ringo como los enemigos no juegan limpio.

Ir en bandos, aprovechar distracciones y pegar en grupos son algunas de las tácticas a usar, porque al final del día, Ringo es muy frágil, incluso con sus mejoras de entrenamiento.
Para ser aún más sucio, es posible incluso encontrarse rivales peleando entre sí, y el juego permite robar el dinero de los caídos sin consecuencia.

Conforme gana experiencia y entrenamiento, Ringo es cada vez más capaz, siendo posible incluso de ganar una pelea contra cuatro sin problemas. Leyendo más libros es capaz de estudiar mejor, y por ende mejores notas y más dinero de la beca.

Pero al final- no importa. Ringo no gana algo. Es este quizá el mayor punto de contención contra la obra.

El juego invita a reflexionar, a relajarse contra un poste escuchando una linda música con el grupo y dejar que pasen las horas. Como experiencia meditativa, con un poco de desafío, The friends of Ringo Ishikawa es algo especial y distinto. Esa misma calidad también le deja abierto a ser criticado como críptico y sin rumbo.

No es la clase de juego que busca ser algo lineal, y es importante reconocerlo. Son unas diez horas donde la mayoría de los eventos son introspectivos, y si eso suena a algo interesante, va la recomendación.

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