The Wolf Among Us – El malo del cuento

Excelente narrativa lastimada por una formula simple, pero que compensa con su carisma y madurez.

Hasta su bancarrota, Telltale Games buscó recapturar el éxito del hit The Walking Dead, que les trajo dinero y premios desde el cielo. El estudio hasta entonces estaba conforme con pequeños éxitos de juegos episódicos, haciendo pequeñas aventuras gráficas simples.

Y nunca lo consiguieron. Una formula repetitiva y sobrexplotacion solo lograron dejarlos en la ruina. Pero estuvieron cerca con la adaptación de Fables, un cómic de  Bill Willingham, en 2014.

The Wolf Among Us nos pone en las patas de Bigby Wolf, el sheriff de Fabletown, hogar de personajes de los cuentos de hadas. Tras centenares de eventos, todas estas fábulas escaparon hacia la gran manzana hace décadas.  Viviendo en una metrópolis con personas normales, varios miembros requieren un especial hechizo que les permite tomar una forma humana y mantener secreta su identidad.

Y entre ellos hay discordia, odio social y barreras de clase constantes.
El único punto en común que tienen es que todos están aterrados del malvado lobo feroz que los mantiene a raya.

Luego de una típica escaramuza, una cabeza decapitada aparece en la puerta de su edificio, iniciando la investigación de un potencial asesino en serie. Pero pronto se hace evidente que hay más que un mero incidente aislado, llevando a Bigby a no solo enfrentar fuerzas criminales, sino su propia bestia interna.

El guión, actuación de los personajes y toda la presentación general se roban el show. A pesar de haber salido hace casi una década, el estilo visual aún logra verse precioso.

Menos bien envejecieron las animaciones, cosa que por suerte no se registra tanto en los momentos más calmados, que es donde la obra realmente resalta.

El concepto de Fables era interesante, pero la historieta cometió el típico pecado de irse demasiado lejos y de forma insensata. Wolf Among Us lo evita situándose todo como una precuela, donde salta desde una base simple. Hay un problema, eres el tipo que todos odian, y hay que hacer el trabajo sucio. 

A pesar de que es cierto que los juegos de Telltale solo tienen una ilusión de elecciones, Bigby se comporta de una forma muy distinta dependiendo de cómo se elige hablar, y repercute a la larga en pequeñas formas. No solo es que es más moralmente neutro de lo esperable, puede realizar actos notablemente injustificables, porque al final, todo en Fabletown es un poco gris.

Probablemente los mejores momentos del juego son las conversaciones dinámicas con personajes, donde realmente Bigby logra hacer una impresión. Muchos de los diálogos tienen una densidad de personalidad considerable, y tanto investigando el misterio como haciendo charla corta, ofrecen lo mejor de la experiencia.

Es por esto que da lastima que la jugabilidad sea notablemente limitada. Hay un inventario e interacción con el escenario, pero es tan poco que apenas se percibe. Muchos eventos climáticos se dan más con quick-time-events y algo de atención por parte del jugador, siendo fáciles y hasta toscos. En la mayoría de los juegos de Telltale, esta era igual la norma, su motor era notablemente limitado y económico. No van a verse peleas activas, sino apuntar con un indicador cuando sea falta y la acción continua.

Al final, The Wolf Among Us se disfruta por la experiencia y su camino, y es fácil ver por qué muchos lamentaron la cancelación de su segunda parte. Con un relanzamiento del estudio y esta ansiada secuela en camino el próximo año, no sorprende que haya entusiasmo. Mejor momento que nunca para darle una mirada a una pequeña escena de culto.

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