Hitman Contracts – Tradiciones del negocio

Sobria y turbia entrega en la saga, que reluce por su tinte de horror y sigilo refinado.

Notablemente siendo Octubre, hay una extraña tentación en visitar juegos de terror con el interés de mantener la tradición de asustarse un poco. No todos tienen el mismo gusto, y optan por diferentes formas de intimidarse y pasar un momento de escalofríos.

Irónicamente, no todos son juegos con intención directa de ser juegos de terror, pero su tono y temática les dan una extraña validación como tales. Existen pocos ejemplos mejores que Hitman Contracts, un título creado más para opacar fans mientras esperaban el ansiado Blood Money.

Considerado ‘Hitman 2.5‘, este pequeño juego fue creado en 9 meses para esencialmente tener algo mientras que se preparaba la gran secuela. El equipo soporto ese estrés combinado la falta de aire acondicionado del estudio, que resultaba en un ambiente frio todo el desarrollo.  Probablemente explica el por que de como salió el juego final.

Contracts abre con el Agente 47 tumbándose en su cuarto de hotel, gravemente herido y desangrándose en su habitación. Entre el tiempo que logra de poco sanar, empieza a recordar en sus desmayos misiones pasadas, las cuales generalmente involucran personajes desagradables en lugares horribles.

El juego es una refinación de lo visto en Silent Assassin, con experimentación para el cuarto título empezando aquí en su temprana infancia. Se sigue obteniendo un brief de uno o más objetivos, alguna cosa secundaria, y nos liberan en un entorno hostil a solucionar un ajedrez de inteligencia artificial.

Garrote por detrás, envenenar una bebida, un accidente o disparar disfrazado, la jugabilidad es la esperable de Hitman como siempre. Hay un esfuerzo en hacer situaciones más interesantes, como las varias formas de arruinar una reunión de la mafia china infiltrándose en los rangos.

Como muy pocos de los fans actuales habían jugado el original (por ser exclusivo a PC), la mitad del juego son misiones nuevas y la otra mitad viejas, recreadas y mejoradas. De las viejas generalmente se mejoran aspectos que estaban poco pulidos, y mejora la estructura y diseño de las mismas. Para veteranos es un plus a lo familiar, para nuevos es una forma de ver ellos mismos estas viejas misiones.

En lo que refiere a las nuevas desventuras, hay un fuerte énfasis en situaciones o lugares desagradables o incómodos, como una cacería humana o una fiesta fetiche. La razón por la cual se considera a Contracts el más siniestro y hasta enfermizo es su tono y ambientación. 

Además de ser un tono frío y desagradable, el aura a pesadilla (debido a su desmayo en la vida real) se transfiere a las misiones, con lluvias, alucinaciones y sonidos extraños. Ayuda a la atmósfera los lugares tétricos y casi muertos, estéticamente todo lo audiovisual conlleva esta sensación de que algo está mal. 

El último complemento es la banda sonora del genial Jesper Kyd, absolutamente magistral para perfeccionar la sensación tirando al horror incomodo, casi digna de Silent Hill.

Peca de durar lo justo y suficiente, y la última misión es algo mala, pero considerando el estrago de su creación, es un poco fácil perdonarle. No hay otro Hitman como este, y probablemente, nunca lo habrá.

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