Cada 21 de septiembre, desde 1941, se celebra en Argentina el “Día de la Sanidad”, en conmemoración a la fundación de la Obra Social de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina. Este año, la pandemia propuso todo un desafío para nuestro personal de salud. Pero a la vez, nos invita a valorar cada día más el rol esencial que los trabajadores de la salud tienen para nuestras comunidades.
El 21 de septiembre de 1935, mientras asomaba la primavera, también asomaban las primeras reuniones de un grupo de trabajadores de la salud que buscaban mejoras en sus condiciones laborales. Luchaban por construir su asociación gremial e institucionalizar el Día de la Sanidad. Así, se crea la Asociación del Personal de Hospitales y Sanatorios Particulares de la ciudad de Buenos Aires, pilar esencial para lo que luego fue el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Sanidad.
El mismo día, pero de 1941, finalmente se crea la Obra Social de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina y es esta misma institución que propone esta fecha para celebrar el “Día de la Sanidad”, para celebrar y recordar los logros obtenidos.
Este año, la fecha cobró más relevancia que nunca porque estamos en un contexto demasiado particular como para que pase desapercibido: la pandemia del coronavirus encendió todas las alarmas y nos recordó a todos el trabajo esencial que realiza todo el personal de sanidad. Médicos, enfermeras, personal de cocina de los hospitales, farmacéuticos, instrumentadores, camilleros… todos tienen un rol que cumplir para que las cosas funcionen lo mejor posible y sin dudas, nadie puede negar que lo están dando todo.
En momentos donde los ciudadanos cada vez se cansan más y más de las restricciones a nivel nacional, el personal de salud apenas puede cerrar los ojos. No debemos olvidarlos y sobre todo, no debemos hacerles creer que los estamos dejando solos en esta lucha. Que vuelvan los aplausos y ese respeto que la sociedad les tenía al principio de la pandemia, y que no deberíamos haber olvidado, aunque las cosas estén cada vez más complicadas.
Ellos no dudarán en hacer todo lo posible y sacar fuerzas de donde ya no hay, para tratar de contener lo más posible esta situación. Desde que el coronavirus estalló en el país, rápidamente todo el personal de sanidad tuvo que capacitarse, aprender sobre la marcha nuevos protocolos, conocer nuevas herramientas y procedimientos y prepararse para la acción, porque ya no había tiempo que perder.
Es probable que muchos de ellos estén cansados de todo esto, de no poder ver a sus familias y amigos (e incluso, que tengan miedo de contagiarlos), y estar más tiempo de lo que les gustaría en su lugar de trabajo, exponiéndose a situaciones nada agradables de experimentar. Pero así y todo, siguen firmes, luchando por todos nosotros, al igual que sus antecesores, quienes lucharon para que el personal de salud pueda tener mejores condiciones laborales.
El Día de la Sanidad es una excusa perfecta para volver a rescatar esa sensación de acompañamiento y admiración que tenemos que tener hacía nuestro personal de salud. Personas más valientes y dedicadas en este contexto no hay, y si ellos no bajan los brazos, nosotros tampoco deberíamos.
Que el aplauso a nuestro personal de salud se escuche más fuerte que nunca.