It Takes Two – Nada los separe

Brillante juego cooperativo lleno de creatividad sobre sanar una relación.

Para muchos, la primera imagen de Josef Fares es su blooper en los Game Awards, mandando al diablo a los premios Oscar. El legendario clip es una mirada al extraño pero sincero director que hace rato busca hacer un nicho propio.

Desde su primer juego, Brothers – Tale of two Sons, intenta hacer experiencias que solo se puede jugar con dos personajes. Este era con un jugador usando el mismo mando, pero A Way Out requiere si o si otra persona. El último no era excelente, pero estaba cerca de ser una gran experiencia.

It Takes Two no solo finalmente logra ser la obra definitiva que Fares parece querer hacer hace años, supera cualquier prejuicio que se le tire encima. La historia se enfoca en una pareja que decide divorciarse, y finalmente se lo cuentan a su hija, la cual no logra aceptar la situación.

Por alguna razón inexplicable, esto provoca que los dos se transforman en muñecos pequeños, los cuales no pueden comunicarse con ella. Ahora atrapados en esta forma, un libro de ayuda para el amor parlante les ofrece guiarlos para regresar a sus cuerpos, a cambio de que se ayuden mutuamente.

Así comienza una aventura (la cual no se mostrará mucho despues del tercer capitulo por spoilers) que parece cada cinco minutos tener una nueva idea. Para un juego que dura como diez horas, es impresionante el nivel de pura creatividad e imaginación constante.

Al principio es un plataformas básico en tres dimensiones, con unos pequeños desafíos para manejarse a los controles. Horas después estás haciendo algo completamente distinto como una parodia a Mario Sunshine o un homenaje a Diablo y Dungeons.

Podría ser arbitrario o agotador, pero de alguna forma, el juego logra que cada sección sea rápidamente entendible, y que dure exactamente lo necesario. Casi como que cuando algo está a punto de hartar, se introduce algo distinto, se lo explica y sigue el ciclo.

Todos los desafíos hacen uso de los dos jugadores de forma magistral, logrando que ambos activamente participen y colaboren. Contribuyendo a la temática, varias partes dan diferentes herramientas complementarias, clavando aún más el concepto de ayudarse entre sí.

Es una lástima que semejante labor para complementar la historia soporta un argumento que tarda en convencer. El diálogo puede resultar muy irritante, particularmente por la actuación de los protagonistas. Resulta extraño porque el resto de la presentación logra de alguna forma ser generalmente impecable. Tras ese inicio algo difícil, es posible empezar a disfrutar la trama de forma genuina, pero tarda un poco.

Es importante volver a mencionar que este es un juego puramente multijugador. Sin otro humano al mando, el juego no funciona, literal y metafóricamente. En el caso que si haya un compañero para poder disfrutarlo, es sin duda una aventura que vale cada momento, incluso si requiere tolerar un inicio algo brusco.

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