Relajante, emocionante e íntimo desenlace a una saga.
Algunas personas comentan lo interesante que se siente tener la ciudad natal creada en un mapa de juego. Puede ser una extraña pero agradable sensación, explorando lugares que se acercan a lo real. Para los que no viven en esas zonas, es interesante notar que se lo toman como un especie de turismo digital.
En esto, la franquicia Yakuza se mantiene como el rey.
Conocida en Japón como Ryu Ga Gotoku, esta larga franquicia ahora está disponible en tanto otras consolas como PC, con próximas entregas buscando ser multiplataforma. Yakuza 6 : The Song of Life es la última parte de la historia sobre Kazuma Kiryu, el legendario miembro retirado del clan Tojo que siempre termina involucrado en alguna conspiración, hasta el hartazgo.
Dos años después de los eventos del 5, sale de la cárcel para encontrarse con un nuevo enemigo en las calles de Tokyo, y a su hija adoptiva desaparecida. Lo único que tiene de pista es a su hijo recién nacido e instrucciones de ir a Hiroshima a por su padre. Comienza así una historia sobre el sacrificio y la familia, íntimo y a bajo nivel de principio a fin.
Con una historia tan enfocada y personal, es un amable punto de entrada para nuevos curiosos, siendo fácil de entender la gran mayoría del argumento. Si realmente hace falta, un extenso menú recapitula la historia general hasta ahora.
La trama es algo difícil de llamar “siempre” buena, porque para muchos, no es el mejor final que podrían hacer, pero tiene sus momentos buenos y varias partes geniales. En particular, el legendario director de cine Takeshi Kitano ofrece una muy buena actuación como el patriarca de una familia local.
Fuera de la historia principal, lo que se tiene son las calles de Tokyo y el placentero puerto de Hiroshima para explorar. Ambos carecen tristemente de varios minijuegos clásicos, pero nuevos añadidos compensan mas que bien. La mayoría se enfocan en justamente lo íntimo y personal, con algunos más dedicados a ser parte de una comunidad o miembro de un grupo mayor.
El primer nuevo añadido es un minibar, donde de a poco la gente se encariña contigo y se les conocen sus problemas para entablar amistades. Otro es un pseudo simulador de clan, donde se envían tropas en riñas por las calles en un simple pero algo repetitivo set de misiones.
Un poco más desarrollado es el scuba diving, que es un homenaje a los On-Rail arcade como House of the Dead, o el café de gatos, que nos deja pasar un ratito con los animales que rescatamos en la calle. Alternativamente está el equipo de baseball con enormes minucias para administrar, o el clásico club de hosts, donde se paga para que una modelo nos de atención.
Y no olvidar el ya conocido Karaoke, siempre un favorito de muchos.
Esta mezcla de el increíble despliegue gráfico y tantas actividades relajadas le dan como siempre un carisma y sensación de vida a toda la experiencia.
Es triste que igual sea mucho más simple y directo que otras entregas, pero para varios puede que sí sea algo positivo. Sigue siendo un entretenido brawler con una buena trama e inigualable habilidad de encariñar.
Normalmente se recomienda jugar absolutamente todos los juegos, pero si solo hay tiempo para uno solo, Song of Life no es la peor recomendación.
Mas ahora en vacaciones de verano, una buena alternativa si viajar es imposible y se quiere pegarle una buena patada a algún matón mal llevado.
